Condenaron a 37 años de prisión a un disc jockey por abuso y violencia: una de sus víctimas es tresarroyense

31 agosto, 2016

Condenaron a 37 años de prisión a un disc jockey por abuso y violencia: una de sus víctimas es tresarroyense

El Tribunal en lo Criminal Nº 1 de La Plata condenó al disc jockey Jorge Martínez Poch a la pena de 37 años de prisión al considerarlo culpable de abusar de sus dos hijas cuando eran niñas y de encerrar, golpear y violar a su novia entre agosto y septiembre de 2013. Entre sus víctimas hubo una tresarroyense, que declaró con reserva de identidad cuando comenzaba la investigación del accionar del ahora condenado, y que días pasados también brindó su testimonio en el marco del juicio oral.

Durante la lectura de la sentencia, el Tribunal señaló que se decidió por unanimidad que Martínez Poch “pudo comprender la criminalidad de sus actos”.

Oportunamente, la expareja tresarroyense del disc jockey declaró que el acusado la obligaba a tomar drogas y le pegaba, hasta que un día, desesperada, embarazada de dos meses y luego de una feroz paliza, salió de la casa que compartían en La Plata, y -con lo puesto- se tomó un micro a Tres Arroyos, donde se quedó a vivir con su abuela.

La testigo, que declaró a puertas cerradas, con el acusado en una sala contigua, tuvo una niña que hoy tiene 7 años, explicaron voceros judiciales al diario El Día.

También señalaron que actualmente sigue viviendo en Tres Arroyos, ciudad en la que le tomaron declaración bajo reserva de identidad cuando se inició la causa, por orden del fiscal Marcelo Romero, debido que estaba “aterrorizada y no quería venir a La Plata”. Ahora sí volvió a La Plata para declarar en el juicio.

Un patrón de conducta similar

La expareja del acusado “confirmó que había un patrón de conducta similar de Martínez Poch en su trato hacia las mujeres”, señalaron voceros de Tribunales.

“La mujer -agregaron- contó que lo conoció en un bar y fue su pareja durante seis meses durante los cuales tras atraerla mostrándose encantador y diciéndole lo que ella quería escuchar, comenzó a aislarla de su familia y amistades”.

Según las fuentes, la testigo narró que luego aceptó mudarse a la casa de los padres de Martínez Poch, ya fallecidos, y al igual que el departamento en el que el hombre vivía con Vanesa Rial, “no era convencional, ya que la puerta no tenía picaporte y estaba todo en un sólo ambiente”.

“Martínez Poch la convenció de que abandonara un emprendimiento laboral que iba a poner en marcha para así lograr que ella dependiera económicamente de él, tras lo cual la incitaba a consumir Rivotril, la descalificaba verbalmente y la golpeaba, aún estando embarazada”, dijeron los voceros consultados.