Ex combatientes de Malvinas visitaron LU24: “Si no sabías rezar, en Malvinas aprendías”
Integrantes de la Agrupación de Ex Combatientes de Tres Arroyos Marcelo Reducindo, visitaron nuestros estudios y compartieron parte de los recuerdos vividos durante la Guerra de Malvinas a días de que se conmemore un nuevo aniversario de la Gesta de la misma.
Héctor Alberto Cellerino y Hugo Belón, recordaron como fueron los momentos previos a que fueran enviados a las islas. Indicaron que faltaba poco para que culminaran el Servicio Militar Obligatorio, cuando fueron designados para combatir.
Viajaron en un avión Hércules. “No sabias donde tenías que ir a parar. Había que ubicar a la compañía y era de noche. Llegamos a un lugar para dormir, y al otro dia nos dirigimos a la compañía”.
Una vez instalados, cada uno en sus puestos y compañías, tenían la idea de hacer una intervención pacífica de las islas, “en el boca a boca se iba diciendo que venían. Los superiores decían que no iba a pasar nada. Pero era previsto. Hasta que el 1° de mayo a la madrugada llega el desastre. Un avión en picada bombardeó y nosotros ni lo esperábamos. Vos sentías el bombardeo y esperabas. Ellos bombardeaban de noche. Si no sabías rezar, en Malvinas aprendías”.
“El baño era una poquito de agua, el frío era permanente. En 45 días te bañabas una vez. No dormías; teníamos un overol que lo aguantábamos y era acolchado y la parca era buena, pero los soldados del ejército andaban con ropa de grafa común. La ropa que usaban en el norte la llevaron a Malvinas. Que rendimiento podes esperar de un soldado en esas condiciones. De la alimentación Marina y Fuerza Aérea eran los que tenías mejores provisiones, porque tenían en que llevarlo. Lo que sobraba le daban al ejército que no tenía esos medios, por eso fueron los que más sufrieron”, relataron.
Ambos coincidieron en que “hoy me dicen tenés que ir a la guerra y no se, voy; hoy con 55 años. Todo te sensibiliza más, y en estos días es peor. Malvinas va estar con nosotros siempre. Es una herida difícil de cerrar. Es algo que en la vida no vas a olvidar. Todos nos acordamos de los 649 que murieron en la guerra, pero tampoco hay que olvidar a los más de 400 que se suicidaron después de volver, porque nos dejaron a la buena de Dios. Gracias a la familia salimos adelante y a los amigos”.
El momento de la rendición fue el más difícil aseguraron que les tocó atravesar “entregar el arma es el momento más doloroso que nos tocó vivir, más allá de todo. Entregar el fusil, es como que te arrancan una parte tuya Y después cuando caes prisionero. Estabas en una carpa para dos y éramos cinco, nos calentábamos las manos con un cigarrillo y no teníamos comida, salimos a buscar y encontramos comida tirada y la hicimos. Estuvimos 3 días sin comer, hasta que finalmente lo hicimos”.
Finalmente reflexionaron respecto a cómo la comunidad recuerda a los ex combatientes por estos días: “no todos se acuerdan de nosotros. Algunos, solo estos días, otros ni eso”, recordaron.
