Faltan médicos en la zona y hay distritos que no logran atraerlos
Al menos un centenar de médicos es el déficit que se registra en los municipios de la región, de acuerdo con un relevamiento efectuado por “La Nueva.”. La problemática llega a tal punto que en muchos sitios faltan generalistas, pediatras, ginecólogos y obstetras, y cubrir las guardias en los hospitales es un objetivo cada vez más difícil de cumplir. En Coronel Dorrego y Coronel Pringles, por ejemplo, planes especiales para atraer a profesionales de salud no dieron resultado y no se postuló ni un interesado. Cabe recordar además, que hace pocos días, fomentistas de Copetonas volvieron a manifestar su preocupación ante la necesidad de radicación de un médico en la localidad, que no logra materializarse.
Según el informe, la lista de carencias también incluye a disciplinas como emergentología, tocoginecología, anestesia y, en menor medida, neurología y cardiología infantil, diagnóstico por imágenes, traumatología, cirugía o psiquiatría. Mientras más pequeño es un distrito, mayores son las falencias y el desinterés de los médicos por radicarse.
Las causas son variadas: desde quedarse en el lugar donde se realizó la residencia médica; pasando por la falta de un proyecto de vida en poblaciones pequeñas; hasta el temor a juicios por mala praxis que pueden enfrentar en poblaciones chicas, donde ante una cuestión de alta complejidad la respuesta inmediata es el traslado o la derivación del paciente.
El punto crítico son las guardias hospitalarias, normalmente de 24 horas. No son demasiados los médicos que están de acuerdo con hacerlas, por lo que los municipios muchas veces se ven obligados a pagar de más con tal de que sean cumplidas. En la zona, un día de guardia se abona entre 5.800 y 8 mil pesos, y en algunas ocasiones es difícil conseguir profesionales para cubrirlas.
Y si eso parece complicado, lograr la radicación de un médico en cualquier localidad pequeña de la zona es casi una misión imposible. En muchos distritos se ofrece un paquete que incluye un salario mínimo, vivienda, cobertura de guardias y —obviamente— la posibilidad de trabajar en forma privada; pero ha resultado en contados casos.
Sin interesados
“Hasta que no se tome una medida de fondo, para que las residencias y los cupos estén regulados de acuerdo a la necesidad, va a ser difícil llegar a una solución —lamentó Nicolás Queti, director del hospital municipal de Coronel Pringles—. Por ejemplo, hace dos años ofrecimos un plan de arraigo para nuestra ciudad, asegurando un ingreso mínimo, con un piso de bolsillo y dos años de alquiler garantizado, más lo que pueda hacer en el sector privado, y no tuvimos ofertas”.
En Coronel Dorrego, por ejemplo, desde hace un tiempo la oferta del municipio para quienes se radiquen en la ciudad incluye la vivienda por un año, una carrera médica municipal con un básico elevado y un nombramiento en ese cargo. En estas condiciones el salario mensual ascendería a unos 40 mil pesos, más lo que sume en la actividad privada. Sin embargo, hasta ahora no han recibido ningún interesado. Necesitan un médico generalista, un tocoginecólogo, un cardiólogo y un traumatólogo.
