Sobrino de una anciana alojada en geriátrico clausurado: “Nunca vi a mi tía sucia y mucho menos golpeada, maltratada y no alimentada”

6 febrero, 2018

Sobrino de una anciana alojada en geriátrico clausurado: “Nunca vi a mi tía sucia y mucho menos golpeada, maltratada y no alimentada”

Claudio Corries, vive en Buenos Aires y tenía una tía de 83 alojada en el geriátrico cerrado la semana pasada y dialogó con LU 24 para dar su versión de los hechos alegando que según su parecer “el lugar era agradable y los abuelos estaban afectivamente contenidos”, consideró.
“Yo recibo ese día a las 6 de la mañana de una persona de Tres Arroyos un mensaje donde me pasa la información expresada, donde se afirmaban cuestiones de muy mal gusto que después trascendieron a nivel nacional. Ese día fui para Tres Arroyos en colectivo y tomé contacto con la situación y las versiones. Cuando la versión pasa a ser la información, pasa a ser un problema. Fui a verla y fui recibida por una funcionaria del Municipio, Patricia Crespo, quien se desvivió por atenderme y hasta me llevó en su auto particular para tratar de ubicar a mi tía en algún lugar antes ese problema”, detalló.
Explicó que su tía padece demencia senil por lo que “visito habitualmente a mi tía como otros primos. Nos turnamos, porque vivir lejos hace difícil estar todos los días allí. Estaba contenida dentro de lo que era su enfermedad. La última vez que vine a verla fue en diciembre. Tampoco se trataba de un lugar donde le dieran de comer lo que decían que les daban de comer; además era casi una broma, porque decían como comía a pesar de su enfermedad. Yo iba de sorpresa, y nunca la vi ni sucia y mucho menos golpeada, maltratada y no alimentada”, dijo al tiempo que remarcó que los médicos del Hospital Pirovano que la atendieron inmediatamente le informaron que “tenía escaras y que si no hubieran sido curadas mi tía estaba muerta”, por lo que destacó la atención que recibía en el geriátrico nuevamente.
Relató, además, que “el lugar era agradable y estaban afectivamente contenidos. Cuando esta señora Carla entraba mi tía le sonreía y en presencia mía. Los vecinos aseguraron que escuchaban gritos y demás. Porque no denunciaron antes”, alegó.