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69 fueron los visionarios que hace 69 años trazaron un camino.
El 19 de julio es una fecha significativa para una institución definitivamente inserta en el quehacer comunitario y especialmente destacada por su vocación de servicio para con un sector de la población.
El Centro de Jubilados y Pensionados cumple 69 años y es bueno repasar algo de su rica historia y rescatar para la memoria colectiva a muchos de sus protagonistas. No todos, porque lamentablemente sería imposible mencionarlos, de modo que cualquier omisión es absolutamente involuntaria.
La entidad surge como una necesidad imperiosa de cubrir carencias de personas que dejaban la vida laboral activa y que por entonces quedaban, total o parcialmente, fuera de la atención de las organizaciones sindicales y sus obras sociales.
Fue el 19 de julio de 1952 cuando un grupo de vecinos formuló una convocatoria de interesados en abordar temas como asistencia médica y provisión de medicamentos, además de otras cuestiones, que impactaban en jubilados y pensionados.
La asamblea se cumplió en dependencias del palacio municipal y participaron 69 personas, contándose con la presencia de un representante de la Federación Regional de Jubilados y Pensionados de Bahía Blanca.
El señor Ismael Montenegro brindó asesoramiento sobre la formación de la entidad, especialmente desde el punto de vista legal.
Se acordó entonces, formar la Asociación de Jubilados y Pensionados Tres Arroyos y se constituyó la primera comisión directiva.
Miguel Villemur fue su presidente; vicepresidente Nicolás Calabrese; secretario Aurelio Pierrestegui; prosecretario Silvano Bonet; tesorero José Di Rado; protesorero José Arambillet.
Vocales titulares: Alberto Vázquez, Martín Eyherbide, Serapio Venancio, Manuel Rodríguez, Anselmo Fernández, y Manuel Campano.
Vocales suplentes: José Diez, Rosa Miranda, José Colantonio y Anselmo Maciel.
Revisores de cuentas: Tomás Aquerreta y Helio Bolognesi.
En los primeros tramos del funcionamiento de la entidad, los encuentros se celebraban en distintos lugares, incluyendo algunos domicilios particulares.
En 1975 se logra la personería jurídica y la Asociación pasó a denominarse Centro de Jubilados y Pensionados de Tres Arroyos.
En la búsqueda de los objetivos primigenios, se dispuso la constitución de una subcomisión que con el nombre de “Mutual de Jubilados”, inició gestiones ante el Instituto Nacional de Obras Sociales para Jubilados y Pensionados, PAMI.
Fue durante la gestión trascendente del señor Jorge Izurieta como presidente del Centro, que la implementación de los servicios del PAMI tuvo un avance sustancial, incluyendo la instalación de una dependencia en Tres Arroyos.
En el período previo, se había habilitado una oficina en la entonces Liga del Comercio e Industria, donde se libraban las ordenes médicas y se atendían otros servicios, a cargo del Centro de Jubilados.
Ya se observaba la imperiosa necesidad de contar con espacio propio para desarrollar las actividades de la entidad.
La sede
Esta cuestión fue un tema central y resuelto durante la gestión del señor Jorge Izurieta, quien estuvo al frente de la institución durante 13 períodos. Supo rodearse de un grupo muy comprometido en todo el accionar.
La idea comenzó a plasmarse en 1980, adquiriéndose una vivienda ubicada en Sarmiento 582, que se ajustaba a los requerimientos pretendidos.
Fueron afectados fondos propios y se contó con un préstamo municipal, totalmente restituido posteriormente.
La gestión municipal de Carlos De Leo asignó un subsidio no reintegrable de 20 millones de pesos ley 18.188, que se afectó a la provisión de mobiliario, elementos ortopédicos y otras cuestiones.
La sede propia fue inaugurada el 8 de junio de 1980, comenzándose la prestación de diversos servicios.
En la siguiente década comenzó a detectarse la necesidad de mayor espacio y una natural aspiración para avanzar en una actividad más intensa y compleja.
El 13 de abril de 1991 se inaugura la sede de Pedro N. Carrera 355, que ocupa hasta la actualidad.
Se inicia allí un proceso de fuerte y continuada inversión en infraestructura que incluyó para la expansión la compra de una vivienda aledaña y la puesta en funcionamiento de un Hogar de día.
No fue un proceso sencillo. Los recursos disponibles fueron afectados por el famoso “corralito” y su recuperación demandó mucho tiempo y esfuerzo y hasta una intervención política al respecto.
Algunos protagonistas
El listado podría ser importante, y la enumeración no puede ser completa, de modo que disculpas por las omisiones que se produzcan.
Además de los integrantes de la primera comisión directiva podemos mencionar a Francisco Chialva, Ángel Félix Bernasconi, Pedro Couso, Gaspar Koch, Ester y Dora Beteroux, Eleuterio Jarrín, Miguel Cortadi, Justo Rodríguez, Enrique San Román, Pedro Maurette, Juan José Poggiese, Vicenta P. de Rubio, Vicente Bruno, Francisco Martín, Domingo Santilli, Roque Mársico, Optimo Retrivi, Mercedes I. de Mársico, Carlos Arias Liébana, Lidia G. de Zúcaro, Fidel Alonso, Carlos Guinea, José Guzmán, Antonio Fraile, Delfina C. de González, José Fantinato, Jeanet Galli de Malaspina, Bernardo Izurieta, Olga de Medero, Rodolfo Saibene, Emilio Visciarelli, señora Izurieta de Donadío, Roque Di Rocco y muchos más.
Un hito histórico
Las presidencias de la institución fueron ejercidas históricamente por probos varones. Quizás las más recordadas, probablemente por los logros alcanzados, fueron las de Jorge Izurieta, Vicente Bruno y Rodolfo Saibene, sin desmerecer las restantes.
La renuncia en 2020 del señor Roque Di Rocco precipitó un proceso dificultoso de renovación, sobre todo por las limitaciones generadas por la pandemia que impedían la reunión de personas y el desarrollo de las actividades habituales.
A pesar de ello, logró concretarse una asamblea normalizadora que consagró una lista encabezada por la señora Delia Hebe Depietri, que se constituye así en la primera figura femenina con la responsabilidad de conducir los destinos del Centro de Jubilados y Pensionados de Tres Arroyos. (foto)
Escribe: Omar Eduardo Alonso – [email protected]
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