La Bandera cobijó una emotiva promesa de los chicos tresarroyenses en el acto oficial

20 junio, 2019

La Bandera cobijó una emotiva promesa de los chicos tresarroyenses en el acto oficial

Un sonoro “¡sí, prometo!” se hizo escuchar en el Monumento ubicado en la intersección de la avenida Belgrano y la ruta 228, cuando chicos de cuarto año de escuelas locales hicieron su demostración de lealtad a la Bandera nacional en el día en que se recuerda a su creador, el General Manuel Belgrano. Allí, tras el acto oficial que contó con la presencia del intendente Carlos Sánchez y otros representantes institucionales, la jefa distrital de Educación, Andrea Larrieu Lacoste recordó a los alumnos que la Enseña “simboliza nuestra Patria, y es el símbolo de los valores de quienes fundaron nuestra nacionalidad: la libertad, la tolerancia, la justicia, la igualdad, la paz y la solidaridad. Es símbolo de nuestra libre soberanía y convoca al ejercicio de nuestros deberes y derechos, es la expresión de nuestra historia forjada en la esperanza de millones de hombres y mujeres. Representa nuestra tierra, mares, ríos, bosques, llanos y montañas; nuestro presente en el que día a día debemos construir nuestra democracia y conquistar el conocimiento que nos libera, y el futuro para las nuevas generaciones de argentinos”.

Luego de la Promesa de Lealtad, Larrieu Lacoste y el jefe comunal Carlos Sánchez entregaron los diplomas a los estudiantes.

Una Bandera sin divisiones
Las palabras alusivas a la fecha, en tanto, estuvieron a cargo de la Presidenta del Consejo Escolar de Tres Arroyos, María José Adobatto. “Hoy, una vez más, como Patria y como Pueblo, nos convocamos para honrar a un símbolo que va mucho más allá de lo simbólico. Me refiero a lo que nos da cuenta permanente de lo común en lo diverso. Nuestros colores, que al flamear nos incluyen más allá de toda diferencia. Nuestra más poderosa señal de identidad: nuestra Bandera”, consideró en el inicio de su alocución.
“Ella, no solo es parte central de nuestra historia y devenir como Nación, sino también de la propia historia personal de cada uno de nosotros. Bandera de la infancia y de la escuela, Bandera de la libertad y de las convicciones sostenidas y defendidas con la propia vida. Las de nuestros hijos que la portan con orgullo. La que nos pertenece y a la que pertenecemos.
Desde su nacimiento se instituyó como recordatorio constante de nuestros orígenes comunes y de nuestros destinos soñados.
“Bajo su amparo, toda construcción es posible y toda herida cerrada. Como símbolo, es tan generosa que podríamos estar horas y horas enumerando sus múltiples sentidos: Identidad, Unidad, Pertenencia, Emoción y Pasión se conjugan en ella, en sus colores y en su sol de eterna justicia y verdad.
“No solo nos confirma en nuestra esencia común. También nos señala quiénes podemos llegar a ser si tomamos conciencia del peso de nuestros actos cotidianos, en el armado de lo propio y lo compartido. Nos habilita a embanderarnos, no solamente en las fechas patrias o en los eventos deportivos, sino a embanderarnos de ideales, de sueños y de trabajo. Seguramente nuestra Bandera representa a nuestros valores como sujetos y como comunidad. Sostenerlos como insignia y como acción impulsora del bienestar general, tal vez sea la mejor manera de honrarla, verdaderamente.
“Creo que precisamente en esto radica la esencia verdadera de la promesa que muchos niños realizan hoy. Prometamos todos hoy, generando desde allí un accionar comprometido. Prometamos volver a poblar de significado solidario a nuestros dichos y hechos, a sellar acuerdos con un simple apretón de manos, a que la palabra empeñada sea mejor garantía, que la firma de cualquier documento.
“Dirijamos a ella los ojos del corazón. Si lo hacemos de verdad, es muy posible que podamos descubrir que el otro no es adversario ni enemigo, simplemente un otro que, al igual que uno, desde su propia identidad y convicciones nos alienta a no bajar los brazos y, sobre todo, a no transitar divisiones que detienen los relojes y nos secan el alma.
“De nosotros depende, que lo señalado sea algo más que un catálogo de buenas intenciones. Por eso, sigamos izando cada día nuestra Bandera para que, con ella, también suban a lo alto las banderas de nuestros anhelos, de nuestros derechos y de nuestros ideales”, finalizó Adobatto.
Posteriormente, se presentó la Guardia Real del Club Español de Tres Arroyos que representó la “Marcha a Belgrano”, y brindaron su actuación al público, las alumnas de la Escuela de Patín Artístico de Érica Mandrini; tras lo cual se efectuó la despedida de las banderas de ceremonia invitadas.