Alertan sobre nuevas modalidades de intervención de “caranchos” en accidentes laborales

22 septiembre, 2019

Alertan sobre nuevas modalidades de intervención de “caranchos” en accidentes laborales

La presencia de abogados “caranchos” en Bahía Blanca y la zona ha encendido las alarmas en el Colegio que nuclea a los profesionales del derecho de esa ciudad, que tiene jurisdicción en Tres Arroyos. Al parecer, según explica Rafael Gentili, presidente de la institución, la modalidad actual no pasa por “fabricar” accidentes ni “inflar” lesiones, como puede inferirse del premiado film que protagoniza Ricardo Darín, pero sí captan de manera ilegal a potenciales clientes que sufrieron un accidente laboral, según un amplio informe que publica hoy La Nueva.

“Lo observamos permanentemente. Es un grupo menor (de abogados); los tenemos identificados a casi todos. Trabajan por fuera de lo que establecen las normas de ética y de ejercicio profesional”, sostiene Gentili. Sin embargo no hay denuncia penal porque no existen pruebas de la tipifacación de un delito. Al menos por ahora.
“Para que configure una estafa o una defraudación tiene que existir un perjuicio económico en la víctima. Si solo hubo una captación ilegal, pero al paciente después le fijan el porcentaje de incapacidad que corresponde, no habría delito. Sí podría incurrir en este tipo penal en caso de ‘apurar’ a la víctima para firmar los papeles o para asegurar los honorarios”, explica Hernán Silva, miembro del Consejo Directivo del Colegio de Abogados.
Esa “celeridad” puede significar que la víctima, para cobrar rápido, se vea persuadida por el “carancho” y acepte un porcentaje inferior por su incapacidad.

“Dateros” que hacen su aporte
Cómo llegan los “caranchos” a tomar rápido contacto con los accidentados: a través de “dateros”. “Tienen conexiones en las guardias hospitalarias, con ambulancias y fuerzas policiales, que son los que siempre dan los primeros auxilios.
Obviamente que estas personas tienen una retribución por esa información”, asegura Gentili.
Ni bien el paciente recibe la asistencia se le facilita la tarjeta de los estudios jurídicos que hoy están bajo la lupa.
Hasta algunos taxistas que trasladan a los accidentados a las Comisiones Médicas de las ART -para su evaluación- entregan las mismas tarjetas.
La víctima accede muchas veces porque la toman en un estado de indefensión, de vulnerabilidad y sin saber de qué manera opera el sistema.
“Lo que tiene que saber el paciente es que en una situación de accidente de trabajo tiene plena libertad para contratar a su abogado de confianza. A ese abogado, sea quien sea, sus honorarios le van a ser pagados por la ART. No hay ningún caso que justifique la urgencia de designar un abogado”, remarca Gentili.

Crecimiento de casos en la región
Las organizaciones de “caranchos” generan ingresos millonarios por este tipo de prácticas.
Con un leve crecimiento en el tiempo, en esta región -incluye Bahía, Punta Alta, Tres Arroyos, Coronel Suárez y Tornquist, entre otros distritos- se produce un promedio de 9 audiencias de homologación por día.
Las ART les pagan a los abogados entre el 10% y el 20% por cada indemnización. Algunos estudios capitalinos cuentan con calculadoras on line para este tipo de situaciones: un trabajador de 25 años, que sufre una incapacidad del 10% y cobra 40 mil pesos de sueldo puede recibir más de 600 mil pesos por un accidente o enfermedad laboral.
La misma maniobra sospechosa que se da en Bahía se advierte en otros departamentos judiciales, como Azul, Moreno-General Rodríguez o Necochea.
“Generan honorarios en escala porque son muchos casos”, marca Silva. Creen que puede tratarse de una organización porque existe “una publicidad uniforme”, con un mismo teléfono 0-800 de consultas.
“Son todas prácticas que están alejadas a las formas que los abogados tienen que procurarse clientela, en base a conocimiento”, asegura Gentili.
La situación no solo afecta a los trabajadores, que pueden llegar a perder parte de los ingresos que les corresponden, sino también al resto de los abogados laboralistas, porque los “caranchos” están concentrando el mercado.

Fuente: La Nueva