A pesar de la situación crítica, destacan la vacunación de todos los adultos mayores en geriátricos

Los adultos mayores, son quienes pasaron y siguen sufriendo las peores consecuencias de la pandemia. No sólo los riesgos que implica en su salud el contraer la enfermedad, sino que también los extremos cuidados ha provocado que sean los que más sufran también el aislamiento.
María José Álvarez, es la encargada del Residencial Karuen, un geriátrico privado de la ciudad, que alberga a 14 personas, y consultada por LU24 sobre cómo están pasando ésta nueva ola dentro del hogar, detalló cómo atravesaron el 2020 y lo que va del 2021.
“Hace un mes nos mudamos a Rivadavia 283 donde fue hace unos años la Escuela N° 502” indicó en primer lugar María José, y explicó que tanto ella como su marido, son enfermeros profesionales que se decidieron por emprender este camino de trabajar con la tercera edad hace ya un tiempo.
“Con respecto a la pandemia, el año pasado fue un año más duro, porque fue todo muy súbito, el hecho de dejar de ver a la familia y tener que hacer contacto vía telefónico, fue muy difícil” mencionó la enfermera profesional, y agregó “este año es como que uno está más interiorizado y lo tiene que transitar, ellos están bien, por suerte, en el periodo de verano tuvieron contacto con familiares al aire libre, y después con distanciamiento se pudieron hacer visitas”.
Asimismo, afirmó que “estamos en una situación crítica, de todas maneras, lo positivo es que están todos vacunados” y detalló “en primera instancia, desde PAMI, vinieron el 19 de marzo y vacunaron a todos los residentes y luego, como hubo nuevos ingresos, vinieron de nuevo esta semana y vacunaron al resto”. Por lo que los 14 residentes están inoculados, como así también todo el personal que allí realiza sus labores.
Por otra parte, comentó, que el staff que asiste ésta residencia está compuesta por “mi esposo y yo, que somos enfermeros, el Dr. Alejandro Cabido, el servicio de emergencia de Vittal, que está en la misma cuadra y 5 personas que son auxiliares que están cuerpo a cuerpo, día a día”.
Para finalizar, Álvarez, sostuvo que dentro de la residencia “hay un clima muy familiar, tratamos de que sea de esa manera para que sea más llevadero” y que el lugar “es una casa bastante amplia, muy reconfortable y súper luminosa”.
En cuanto a la asistencia a los adultos mayores, destacó que “no alcanza con la buena voluntad, uno tiene que saber cómo cuidarlos”, como por ejemplo con la asistencia en la alimentación, “yo personalmente me encargo de las compras para las comidas, y las dietas van orientadas según la patología específica de cada uno”, por ello, el trabajo es personalizado para cada residente y con suma dedicación y profesionalismo.