A poco de recuperar la libertad, un detenido enseña rugby a chicos con Síndrome Down, trabaja y cursa una carrera terciaria

Una persona detenida que está a punto de recuperar la libertad, enseña rugby a niños y jóvenes con Síndrome Down en el penal de Las Tunas en Trenque Lauquen. Trabaja en una fábrica de pelotas de la localidad y cursa el primer año del Profesorado de Educación Especial, con Orientación en Discapacidad Intelectual.
Juan Ballester, protagonista de esta historia, contó su situación a LU 24: “Por buen comportamiento tengo el beneficio de recuperar la libertad en enero próximo. Ingresé por una causa por drogas. Estoy con el beneficio de salir a trabajar en una fábrica de pelotas de esta ciudad. Desde que ingresé al penal el rugby me ha formado y ha cambiado el carácter”.
Detalló que a diario por la mañana va a trabajar a la fábrica que está en el pueblo “y después de 13 a 18 curso una carrera terciaria por eso no estoy mucho en el penal. Estoy cursando una carrera terciaria que es el Profesorado de Educación Especial, con Orientación en Discapacidad Intelectual”.
Juan enseña rugby a 15 jugadores que poseen Síndrome Down. “Yo me decidí por esta profesión, gracias al director de la escuela. Me preguntó qué carrera quería hacer, porque yo le decía que quería estudiar una vez que terminara el secundario. Justo jugamos rugby con los campeones del mundo y vi el trato de los entrenadores con los chicos y me fascinó. Le dije que quería estudiar eso y de ahí comenzó todo. “Yo recibo más de lo que ellos me pueden dar. Es fabuloso sentir lo que se siente al ayudarlos. En ambos lugares, tanto donde enseño rugby como en Equinoterapia donde soy voluntario, les contaron a los padres mi historia y les consultaron si no tendrían inconvenientes por la situación en la que me encontraba y no tuvieron problemas. Hoy por hoy me tienen aprecio”.
Contó a LU 24, que “hace dos años terminé la secundaria. Esperé a que me llegara el beneficio para poder salir y este año comencé con la carrera. Me cuesta estudiar en el penal, porque necesito estar en silencio y estoy con 9 personas más en el mismo espacio, pero voy bien”, sostuvo.
Oriundo de CASBAS y criado en Santa Fe, remarcó que “en la fábrica nos forman con los horarios, porque al estar tanto tiempo en la cárcel te desacostumbras a esas cosas y en la fábrica, El Pase donde trabajo, te ayudan a reinsertarte en la sociedad, mostrándonos la costumbre de los horarios de no usar los celulares en horarios de trabajo”.
Juan, reflexionó que “para querer cambiar hay que tomar la decisión. Yo me volqué mucho a las adicciones. Cuesta dejar lo que te hace mal, pero el cambio pasa por uno y se puede”.