¡¡¡¡Apunten a Perón!!!-Víctimas locales

26 junio, 2021

¡¡¡¡Apunten a Perón!!!-Víctimas locales

No vale la pena repetir detalles de acontecimientos que suscitaron y siguen suscitando ríos de tinta en distintos medios de comunicación, referidos a los embates que terminaron con el derrocamiento de Juan Domingo Perón.
Es interesante, sin embargo, considerar las víctimas tresarroyenses registradas en los mencionados violentos sucesos.
FUTUROCORTO
Junio de 1955
El 16 de ese mes se produjo la masacre de Plaza de Mayo cuando aviones de la marina y de la fuerza aérea intentaron sepultar bajo los escombros de la casa de gobierno a Juan Perón.
Más de 300 personas murieron, varios centenares más resultaron con heridas y los daños fueron considerables, aunque no se alcanzó el objetivo y la asonada quedó frustrada (fotos).
Una tresarroyense moriría en el curso de ese acontecimiento: María Campano (foto), hija de un agente de policía.
Era la esposa de un dirigente surgido en nuestra ciudad y que haría una meteórica carrera dentro del gremialismo nacional, en la Unión Obrera Metalúrgica, la CGT y las 62 Organizaciones: Armando Cabo.
En algún momento dedicaré este espacio para referirme a él.
El matrimonio tenía un hijo, Dardo Cabo, por entonces pequeño pero que décadas después también tendría un rol protagónico en la historia nacional contemporánea.
Se hallaban radicados en la Capital Federal, Armando en pleno apogeo de sus funciones, cercano fundamentalmente a Eva Duarte y comprometido con el gobierno peronista. María trabajaba en el Ministerio de Trabajo.
Las bombas arreciaban en la Plaza de Mayo. Dardo se hallaba en un colegio privado y su madre, desesperada se desplazó por el lugar para buscarlo.
Moriría en el intento.
Dos versiones
Si bien el resultado final es el mismo, hay dos versiones sobre cómo María Campano muere.
Oportunamente recogí el testimonio del señor Armando Rodríguez, primo de Cabo, y su esposa. Lo hice en una reunión sostenida en su domicilio y en la que estaban, además, los señores Luis Elgart y Fermín Urrutia.
Todos ellos de larga militancia peronista.
Según me relataron, en el marco del caos desatado por los aviones, un pesado tablón cayó de los andamios de una obra en construcción impactando a la mujer dándole muerte.
El periodista e historiador Alejandro Tarruella (foto) afirma que el deceso se produce por el impacto directo de metralla disparada en ese momento.
En todo caso es un detalle que no hace variar el resultado final.
Es interesante, en cambio, consignar el gran amor que María sentía por su esposo.
En el original de la foto que acompaña este texto, en el dorso, se lee lo siguiente de puño y letra: “Con todo mi amor para mi idolatrado Armando”. La fecha es el 4 de noviembre de 1937.
Puede inferirse que la relación entre ambos fue muy anterior al momento en que Cabo comienza su actividad sindical que lo encumbraría en el orden nacional y que arranca desde la fábrica Istilart.
Setiembre de 1955
El segundo intento golpista daría sus frutos en setiembre del mencionado año, derrocando al presidente constitucional Juan Domingo Perón, que iniciaría así un largo exilio y comenzaría el tiempo de la autodenominada Revolución Libertadora.
Ciertamente en esos días hubo riesgos de un derramamiento de sangre de considerables dimensiones.
No ocurrió en esos términos, pero hubo víctimas.
En esta zona hubo escaramuzas y acciones concretas para evitar el paso de tropas de la marina con destino a la Capital Federal.
De tal forma se hizo volar el histórico puente sobre el río Quequén Salado, sobre Ruta 3.
Por mucho tiempo, el paso por Ruta 3 debería realizarse a través de un puente tipo militar, con pontones.
En zona próxima también caería víctima de una bomba, el soldado tresarroyense Héctor J. Yezzi.
El suceso ocurrió precisamente el 18 de setiembre de 1955 y provocó honda consternación en la comunidad local.
Era hijo de Fortunato Yezzi, propietario de una talabartería que funcionaba en la esquina de Matheu y avenida Rivadavia, lugar donde también estaba el domicilio particular.
Años más tarde, desaparecida la talabartería, allí funcionaría un taller electromecánico de Rubén Yezzi, hermano del soldado muerto.
En ese mismo lugar se haría el velatorio de sus restos, implantándose una guardia militar, con la asistencia de sus camaradas y de autoridades del ejército, además de amigos y vecinos.
Como se ve, Tres Arroyos también fue impactado por estos graves acontecimientos de la historia nacional.
Omar Eduardo Alonso
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