Ataque a un avión de Morón: Gustavo Uzcudun advirtió sobre vandalismo en la aeroestación local
Una llamativa situación se registró en la Base Aérea de Morón, cuando desconocidos irrumpieron en la pista y atacaron con piedras y botellas a un avión que intentaba despegar. Sobre este episodio, el piloto tresarroyense Gustavo Uzcudun advirtió que “se ha dado una situación en los últimos tiempos, porque se han radicado asentamientos cerca del aeropuerto y eso se repite en otras ciudades, y por allí se produce el ingreso a los aeropuertos de personas que son ajenas a la actividad aeronáutica, cuestión que está expresamente prohibida. Incluso han existido actos de vandalismo en la aeroestación local, por el ingreso de personas que no son del lugar y rompen las balizas de la pista, sin tomar conciencia del daño que provocan. Porque una baliza, que tiene vidrios prismáticos y romperlos es equivalente a romper el faro de Claromecó, es indispensable para un vuelo nocturno, y muchos de esos vuelos son hoy sanitarios, de pilotos que trasladan a personas o medicación para salvarle la vida a alguien. Y es un despropósito que por un acto de vandalismo no pueda ver bien la pista. Y cada vez se dan más estos hechos”.
Esas balizas rotas, sostuvo Uzcudun, son difíciles de reemplazar rápidamente porque es fundamental pedir previamente los vidrios especiales que utilizan.
En este sentido, aseguró que en los últimos días se detectaron en el Aeródromo local vidrios rotos, e incluso la rotura del surtidor con el que se carga combustible. “Vienen aviones que necesitan ser abastecidos, y ¿cómo hacen? La actividad aeronáutica hoy es esencial, es fundamental por la velocidad de los traslados. No entiendo cómo no se comprende la dimensión que tienen estos daños”, reflexionó.
En torno a los hechos que fueron noticia en las últimas horas, Uzcudun advirtió que “el avión de Morón sufrió una fisura en el borde de ataque del ala, y eso generó una situación en el despegue por la que seguramente el piloto habrá hecho la maniobra correspondiente para el posterior aterrizaje. Pero nadie se explica por qué alguien podría no querer que un avión despegue. Y las consecuencias que tiene este botellazo van desde una pérdida económica que es importantísima, porque hay que desarmar el ala completa del avión para reparar el borde de ataque. Pero si la botella hubiera pegado en la hélice o en el parabrisas, podía generar la caída del avión, la muerte de sus ocupantes… No tienen conciencia de lo que están haciendo”.
“Las vacunas se están yendo a buscar en aviones. No se puede seguir con esta actitud de vandalizar las pistas”, concluyó Uzcudun.