Carta de lectores: “Sin anestesia”

26 abril, 2024

Carta de lectores: “Sin anestesia”

10 de abril, lo recuerdo como si fuera hoy. Llegamos al Hospital con mi familia amiga, habían sido llamados telefónicamente por el estado de salud de su padre.

“Con el DNI vayan a CELTA”. Esas fueron las palabras de la médica de la guardia a las 23.58. Esos son los momentos en que tu cuerpo experimenta esa sensación de adrenalina como si estuviese ocurriendo un terremoto… el dolor te atraviesa el alma, el mundo se desmorona. Tu viejo falleció y la “persona” responsable de comunicártelo, de contenerte, de empatizar, de sensibilizar con vos e intentar que ese mal trago no sea aún peor, utiliza, a mi criterio, esta horrenda frase:

“Con el DNI vayan a CELTA”… ¿Cómo? Respondimos “¿No les dijeron que murió?” ¿Qué?.

Y a veces nos callamos, quizás por temor o porque creemos que no tenemos herramientas para modificar estas situaciones y aceptamos el mal trato o destrato en silencio.

Por eso elijo expresarlo… no quiero que más personas se encuentren con esa “profesional de la salud” de ese 10 de abril, la responsable del turno 23:58.

Deseo y espero que los superiores arbitren los medios necesarios para que un efector de salud, sea realmente eso. Un efector de salud y no de la muerte, como si esto fuera lo mismo ¡No es lo mismo!

Y para ello los profesionales deben ver y entender a los usuarios como personas, como sujetos que llegan a la atención por un padecimiento de una situación que ha dañado o afectado su salud, y que implica trauma para ella, y también para su familia que lo está acompañando.

¡No atienden objetos! Sino sujetos, sujetos de derecho.

Por lo antedicho, debemos exigir que los profesionales que nos reciben, más allá de las cuestiones técnicas y los protocolos de la atención médica propiamente dichos, no se despeguen de su condición de ser humano, de saber que quién está allí, con su dolencia es un par, un par de ese usuario del sistema de salud y de su familia. Qué al momento de comunicarle información y más aún si es la terrible noticia del fallecimiento de un ser querido, lo haga desde la empatía, afecto y con el respeto que nos merecemos.

Permitir que estas situaciones tan atroces e inhumanas pasen, se repitan o aún peor se vean como algo normal, nos hace menos humanos, menos personas y es inadmisible. De todos depende poder cambiar esto que ha ocurrido, que permita en los servicios públicos y privados de la salud, una mejor atención para nuestras comunidades. Y más aún, que no ensucien y degraden a la medicina, a tantísimos excelentes médicos y médicas que sí ejercen su profesión con humildad, afectividad y enorme vocación.

La mirada de una simple ciudadana, que observa la realidad buscando una sociedad igualitaria y empática.

Andrea Carina Lazzaro