Carta pública de Andrea Lázzaro

Desde que esta segunda ola llegó a Tres Arroyos, porque iba a llegar, no vivimos en una isla, somos parte del mundo y sucedió como en otras partes del hemisferio: agresivo, letal, sin distinguir edad, clase social, sin dividir entre quienes tienen o no obra social o situaciones más, menos privilegiadas, no cuenta la ideología política, no cuenta nada, para este virus somos ¡¡TODOS IGUALES!!
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En lo personal, mi trabajo siempre fue y es intentar, con todos los medios a mi alcance, resolver una situación de necesidad, por ejemplo, de salud, entre otras.
Hoy se me hace imperioso hacer referencia exclusivamente a las circunstancias extremas que se presentan en la salud que intentamos sostener en medio de una despiadada pandemia: situaciones puntuales, como una prótesis, un traslado en avión sanitario u otro medio, un medicamento, y tantas más. Siempre escucho a la gente, sin importar si tiene dinero o no, sin hablar de política, luchando para lograr que las gestiones se concreten, hablando con un Ministerio o su respectivo Ministro, con la obra social, con el Director de un Centro de Salud, con sus administrativas, con quien sea porque no importa quien este enfrente, mi objetivo, el UNICO, es resolver la situación. Podría enumerar tantas otras acciones y pido disculpas si con mi vocabulario que no es experto, utilizo mal algún término técnico, sanitario. Soy una ciudadana más, por eso si utilizo alguna palabra de forma inadecuada, reitero mis disculpas al personal de salud.
En estos días me pasaron muchas cosas y la realidad es que si me quedo en silencio soy cómplice del sistema, de una institución o de un funcionario. Nada está funcionando bien, otra vez ganó la improvisación, las internas, las cuestiones personales y lo colectivo parece ser una utopía hermosa pero lejana.
Me educaron con VALORES, con CONVICCIONES, los cuales bajo ninguna circunstancia voy a dejar de lado, con mis aciertos y errores ¡doy lo mejor que tengo!
Comienzo el día muy temprano y no paro hasta que se resuelve la situación, horas y horas de teléfono, buscando una cama de terapia y su respectivo traslado, el celular no se apaga ni se silencia, desde mi lugar tengo la obligación de acompañar a los médicos, enfermeros, familiares, y lo hago convencida, no puedo irme a dormir sabiendo que tenemos un paciente, una familia que está peleando por su vida. Dejamos de lado nuestra propia familia, nuestros hijos, pero bueno…hoy, gozan de buena salud y saben comprender.
No puedo dejar de decir que me encontré con situaciones que me angustian, me preocupan pero que no me van a hacer bajar los brazos, todo lo contrario, me fortalecen aún más. Situaciones puntuales que les describo: escuchar médicos de otros centros en los cuales reciben nuestros pacientes diciendo que tal o cual llegó complicado porque el traslado no fue el adecuado, porque no viajó entubado como lo requería y en el camino, al momento de cambiar un tubo de oxígeno carecían de la herramienta necesaria, algo tan simple quizás como una pinza, desconozco el nombre adecuado pero sin duda es totalmente fundamental y decisiva para la vida de esa persona. Porque debemos saber que por más que tengamos profesionales que pongan todo de ellos, algunos no saben aún utilizar un respirador o entubar un paciente, muy pocos están preparados para hacerlo, no han sido capacitados ante la emergencia, y sin embargo se ofrecen o deben subir a esa ambulancia y los profesionales capacitados deben quedarse en la línea de fuego con los otros pacientes. Hace pocos días realizamos el traslado de un paciente en un vuelo sanitario, las cosas en general, no salen como una las espera, hay mucho cansancio e improvisación que la vocación de servicio y la voluntad no alcanzan a suplir.
La Provincia, el País y el mundo están colapsando pero, por ser testigo directo puedo repudiar con argumentos que en mi Ciudad, mi distrito, hay cosas que están funcionando muy mal.
Tres Arroyos tuvo tiempo suficiente para prepararse para esta dura batalla, tenemos un Hospital increíble en todos los aspectos. ¿Por qué no se pudieron formar médicos para utilizar un respirador? ¿Por qué no se prepararon otras salas como alternativa de Terapias Intensivas? ¿Por qué los médicos no cuentan con equipos de oxigenación de alto flujo?
Quiero dejar claro que mi intención no es alarmar, crear pánico ya que de eso se encarga el Gobierno Municipal informando y sacándose fotos con la ampliación del cementerio por el aumento de decesos, noticia innecesaria, por respeto a las familias que perdieron un ser cercano o que están peleando por la vida. Hay obras, acciones que corresponden se realicen en silencio.
Pero también me preocupa el silencio de nuestros concejales, legisladores y otros funcionarios que representan a todos y todas las habitantes de nuestro distrito. Hoy es indispensable priorizar y por eso reflexiono sobre algunas fotos que vimos estos días sobre la finalización de obras de algunos servicios y me pregunto si esta acción responde a las prioridades que vengo enumerando. En este momento la prioridad es salvar vidas, no puede faltar absolutamente ningún insumo que requieran nuestros profesionales.
Cada uno y el cúmulo de estos errores o mejor dicho horrores, los transmití con llamadas y mensajes a los funcionarios provinciales correspondientes, invitándolos al territorio, a que se interioricen, con todos los detalles, porque lo que sucede es GRAVE, pero lamentablemente no obtuve ni las respuestas ni el compromiso que una tragedia de estas dimensiones exige, una gran decepción.
¿Saben en quien repercute esta cadena de ineficiencias y falta de compromiso? En el personal de salud, los/las trabajadores y pacientes. No voy a ser cómplice de eso, mi compromiso está intacto para con cada habitante de mi distrito y a quienes siguen sin responder ni dar soluciones, espero que al menos, puedan dormir tranquilos, yo no podría.
Andrea Lázzaro es articuladora del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires.