Ciclo de cine en la Alianza Francesa

23 octubre, 2019

Ciclo de cine en la Alianza Francesa

La Alianza Francesa de nuestra ciudad continúa con su ciclo de cine en el mes de la familia, este viernes 25 a las 20 hs se proyectará en la sede de la institución, ubicada en 1810 Nº 72, “Un aire de familia” (“Un air de famille”) galardonada con 3 Premios Cesar y Gran Premio del Jurado en el Festival de Montréal.
En todo grupo familiar siempre existen grandes amores, odios subrepticios, recuerdos trágicos, alegrías sinceras o sonrisas hipócritas. La familia es, en resumen, un trozo de vida que puede discurrirse entre el debe y el haber, entre la soledad en compañía, entre lo pasado que se desea olvidar y el presente que obliga a recomponer cenizas y distancias.

En este film están todos esos elementos que entretejen una sutil trama a los acordes del humor y del patetismo. Una familia francesa -madre, tres hijos y la esposa de uno de ellos- adoptó desde siempre la costumbre de reunirse todos los viernes en el bar de Phillipe, uno de los hijos varones que heredó de su padre ese local mortecino y escaso de clientes.
El director Cédric Klapisch no sólo puso énfasis en restarle estructura teatral al guión sino que se impuso la nada fácil tarea de bucear en todos y cada uno de esos personajes aparentemente felices que, de pronto, sacan a relucir sus culpas y pasiones más recónditas.
En la historia se debía asociar lo triste y lo alegre con lo fuerte y lo débil. El realizador apostó y ganó a ese retrato “huis clos” y lo convirtió en una anécdota humana e intimista en la que ese grupo de humillados y vencidos, fácilmente reconocible en todas las familias del mundo, se aferra a los sueños fracasados y los tardíos arrepentimientos.
“Un aire de familia” es, a pesar de la hondura de su temática, un canto a la vida y a la esperanza. Todo está dicho o sobreentendido a través de los diálogos y de los gestos de esa fauna perdida en sus más vivas sensaciones. Su humor y su reflexión provienen de la exacta conjunción de recuerdos extraídos con calidez y emoción, y su ternura hace pie en lo más simple y hondo de cada uno de ellos, seres que siempre habían vivido equivocados.
El realizador conjugó con brillantez y soltura esta especie de parábola acerca de la existencia cotidiana, y para ello halló un elenco de primer nivel en el que Jean-Pierre Bacri, Jean-Pierre Darroussin, Catherine Front y Agnés Jaoui supieron dibujar con milimétrica emoción cada uno de los personajes. La impecable fotografía y manejo de la cámara más una banda musical atractiva y cautivante sumaron puntos a esta historia de vidas, fracasos y resoluciones. En tiempos de violencia cinematográfica y real, el film es como un bálsamo de paz y de dulzura con la profunda mirada de lo cotidianamente humano.