Comunicación municipal: el vecino quiere saber de qué se trata

1 julio, 2018

Comunicación municipal: el vecino quiere saber de qué se trata

La Constitución Nacional habla de la difusión de los actos de gobierno.
En todos los órdenes los gobiernos, en nuestro país, tienen a disposición partidas dinerarias para hacerle frente a las compras de publicidad oficial para, precisamente, difundir los actos de gobierno. Se habla siempre de la millonada de pesos que por día se erogan de parte de la Presidencia, los Gobernadores, las Cámaras Legislativas, los intendentes, los municipios.
Es legal y lícito que los gobiernos difundan sus actos. Algunos lo van a interpretar como propaganda política de los mismísimos gobernantes, mostrando a la ciudadanía qué es lo que han concretado, con el uso inclusive de slogans. Nadie se va a olvidar del momento en que se mostraba obra pública en la década del 90 y se decía “Menem lo hizo”; inclusive estaba incluido el término en un jingle, es decir en un mensaje cantado que repetía constantemente esta frase.
Hoy, en el gobierno nacional, el propio Mauricio Macri “pone la cara y la voz” en el inicio de la propaganda política del Gobierno. Después del comienzo, se escucha un locutor profesional que completa el mensaje.
Lo mismo hace nuestra Gobernadora y otros Gobernadores argentinos.
Son ellos, van al frente, tienen el mejor asesoramiento para que cuando la ciudadanía mire televisión, escuche las radios, lea los portales de Internet o los diarios de papel, encuentren una realidad de lo que pasa a su lado.
Caminos y rutas, escuelas, medidas de los gobiernos para mejorar la economía, salud, créditos de los bancos oficiales, y otras cuestiones sociales, reales y populares que “encantan” al ciudadano con el mismo mensaje cuidadosamente elaborado, sin improvisación, con arte, delicadeza, y sin dejar escapar detalle es el presente de la publicidad gubernamental organizada.
Cuando el ciudadano mira la tele, escucha la radio, ve los portales y hojea los diarios, se ve reconfortado con un mensaje que le permite compararlo con la realidad y evaluar si le dicen la verdad o no.
La publicidad del Estado, es una herramienta con que cuentan los gobernantes para demostrar efectivamente qué hacen. El apoyo o no de los medios de comunicación a las gestiones, es privativo de la línea editorial individual.
Pero obsérvese en el ámbito nacional que hasta quienes más “le pegan” al gobierno, tienen en sus grillas avisos de la gestión.
Si trasladamos todos estos enunciados al Gobierno Municipal, a Tres Arroyos, a lo nuestro, a la figura de Carlos Sánchez, parece que en materia de comunicación “hacen todo al revés”.
Tratan de llevar adelante una política “progre” que no va con los principios que enunciara en su historia el Vecinalismo.
No se concentra la información municipal en un área que tiene que tener la inmediatez y la velocidad para que llegue a los medios al momento.
Tienen conflictos internos entre distintas áreas de la Municipalidad y los coordinadores de prensa, que no tienen ni fuerza ni peso para demostrar cómo se debe hacer. En síntesis los funcionarios no comparten los criterios del área de difusión que tiene el municipio, y las máximas autoridades, desde el Intendente, pasando por el Jefe de Gabinete, algunos concejales, y los secretarios, no discuten los lineamientos de la publicidad, porque en realidad, no les importa.
La Municipalidad comunica mal.
El vecino de Tres Arroyos está verdaderamente incomunicado y como en la época de 1810, cuando se pararon frente al Cabildo, “quiere saber de qué se trata”.
Hay municipios más chicos que Tres Arroyos, donde en sus comunidades tienen medios de difusión tal vez no tan fuertes y con efecto regional como en Tres Arroyos y difunden en abundancia y con criterio.
Hay muchas cosas que se acumulan en el vecinalismo para decir que no se hace bien todo.
Una de ellas, es la comunicación. La Municipalidad comunica mal. Y tal vez a Sánchez nadie se lo dijo, o no se animan a decírselo.