Comunicado de la UCR a 50 años del derrocamiento de Arturo Illia

La UCR envió un comunicado por los 50 años del derrocamiento de Arturo Illia:
Se cumplen hoy los 50 años del derrocamiento del gobierno que encabezara el Dr. Illia, uno más de la zaga casi interminable, que azotó a nuestro país durante el siglo pasado.
Este particular año en el que celebramos el Bicentenario de la Declaración de nuestra Independencia, es imprescindible recordar lo que fue la administración de este presidente.
Que fue un gobierno encabezado por un hombre honesto, no queda ninguna duda y contrasta más fuertemente con esta realidad de corrupción generalizada que vemos desfilar ante la Justicia, causando estupor y vergüenza por el grado de inmoralidad e impudicia en el que incurrió el anterior gobierno.
Pero recordando la frase bíblica “por sus frutos los conoceréis” es que queremos traer a la memoria, los logros de la gestión de este estadista que, sin estruendos, casi calladamente, gobernó pensando en el bienestar de todos los ciudadanos, sin exclusión de ningún tipo, manteniendo las libertades y derechos que constituyen la esencia de la república.
50 años son un tiempo prudencial para analizar resultados de una gestión de gobierno, sin apasionamientos políticos y con cierta ecuanimidad y los números realmente nos asombran.
Durante sus tres años de administración, el producto bruto del país creció un 25 %, (hoy diríamos a tasas chinas), el salario real de los trabajadores, un 10 %; se redujo la deuda externa en u$s 1.800.000, de un total de 7.000.000, se destinó el presupuesto más alto de la historia hasta ese momento a la educación; la producción industrial creció 7,5 % anualmente, etc. En la actualidad estos números demostrarían una gestión exitosa y merecedora de la aprobación de la ciudadanía, pero lamentablemente no fue así.
Todo culminó con golpe de estado. ¿Cuál fue el motivo de este derrocamiento? Aunque parezca mentira, el cumplimiento de su palabra. Durante su campaña prometió anular los contratos petroleros que consideraba lesivos al interés nacional y cumplió, afectando de este modo las desmedidas aspiraciones de petroleros norteamericanos.
Promulgó la ley de medicamentos, promoviendo el uso de los genéricos, poniendo de ese modo límites al abuso de la poderosa industria farmacéutica extranjera, que dominaba este mercado.
Para ilustrar lo perverso de este manejo diremos que, en ese momento en los Estados Unidos existían 10.000 medicamentos registrados mientras que en la Argentina estos mismos laboratorios tenían 40.000. Mediante el simple artilugio de cambiar un excipiente sin alterar su efecto final, les permitía aumentar su precio hasta en ocho veces su valor.
Por último, se negó a reformar el sistema financiero para permitir, en condiciones especiales, la instalación de la banca norteamericana que, a través de su vocero David Rockefeller , tuvo el descaro de exigirle durante una audiencia en casa de gobierno. A lo que el presidente respondió: “ Qué pensaría el presidente norteamericano si un representante de del Banco de la Nación Argentina se presentara con tamaña exigencia”. La respuesta fue, su cara roja de vergüenza, luego de lo cual el presidente intimó al señor Rockefeller a que abandonara el país en 24 horas.
Paralelamente durante este periodo se mantuvo una irrestricta libertad de prensa y plena libertad política ya que uno de sus primeros actos de gobierno consistió, a tres días de su asunción, permitir un festejo al partido peronista con motivo de 17 de octubre, lo que en la práctica terminó con la proscripción del peronismo.
Estos grupos económicos afectados por las medidas gubernamentales, motorizaron a través de la prensa, una furiosa campaña de desprestigio del presidente, caracterizándolo como lento e inoperante, a la que se sumó la opinión pública y los sindicatos, demostrando que no supieron ni quisieron entenderlo.
El mal uso de las libertades imperantes en el momento, la difusión sesgada de los actos de gobierno para defender intereses de grupos económicos contrarios a los nacionales, desembocaron en un golpe de estado que dio inicio a una sucesión de gobiernos autoritarios y violentos que culminaron con la desastrosa mal llamada Revolución Argentina del año 1976.
Por último podríamos recordar un abundante anecdotario que relata su modestia, frugalidad y honestidad, que debieran ser conocidos por las nuevas generaciones como modelo inspirador de lo que es ser un político al servicio de la República.
Por todo lo expuesto, nosotros los radicales queremos expresar nuestro orgullo de haber contado en nuestras filas, a hombres de la calidad de Don Arturo, a quien consideramos un patriota y un verdadero ejemplo a seguir por quienes tengan ahora y en el futuro la tarea de conducir a nuestra Nación. Que su vida y obra sean fuente de inspiración en esta época en que, valores tales como la sencillez, honestidad y modestia están tan devaluados.