De alto vuelo- Escribe: Omar Eduardo Alonso

19 febrero, 2022

De alto vuelo- Escribe: Omar Eduardo Alonso

“Crear para hacer más intensa la vida; esa es la función del arte”.
La cita corresponde al poeta y escritor argentino Luis Franco, nacido en 1898. Me parece muy adecuada para referir parte de la historia de una persona de trascendente labor literaria desarrollada en y desde Tres Arroyos.

El profesor de historia Carlos Alberto Suárez en un excelente trabajo sobre el periodismo de aquí entre 1887 y 1940 desarrollado con motivo del último Congreso de Historia de los Pueblos de la Provincia, rescata algunos aspectos de la vida de Gregorio González Dunet.

Posteriormente y de manera generosa, me facilitó más detalles en conocimiento de que yo tenía intención de referirme en este espacio a una figura muy importante de la cultura lugareña.
Había nacido en la Capital Federal en 1891. No cuento con datos que refieran las circunstancias en que se radica en Tres Arroyos, pero en cambio se pueden reconstruir algunos aspectos de su actividad cultural.

Murió en 1943, en algún lugar del gran Buenos Aires, mencionándose Ramos Mejía.
Su prestigio fue creciendo al amparo de sus permanentes colaboraciones en revistas de circulación nacional.

En 1922 participa y es distinguido en un concurso impulsado por la revista El Hogar.
Publica en 1929 un cuento con el título “Fortuna”, un canto al amor, tanto que lo cierra con la siguiente reflexión: “fortuna de ser pobre que es cuantiosa fortuna: tengo de oro y de cobre cien minas en la luna”.

Su actividad no pasa desapercibida y su inserción en los círculos literarios locales se traduce, además, en su participación como secretario de la Biblioteca Pública Sarmiento.
Hacia 1930 un grupo de entusiastas que luego forman el Centro Cultural que desembocaría años después en la Asociación Amigos del Arte José Ingenieros, resuelve organizar un certamen literario de alcance provincial.

Se logró contar con un jurado con figuras reconocidas de entonces como César Tiempo, Samuel Eichelbaum, y Enrique Popolizio.

González Dunet gana el concurso con un primer premio por su poesía “La Trilla” y un segundo premio por la obra teatral “La Hoguera”, que se representa en noviembre de 1931, año en que se había desarrollado con señalado éxito esa realización.

Otros datos
Aparentemente sus padres fueron Lino González, español, nacido en 1860 y María Dunet, nacida en 1863 en la Capital Federal.
En 1933 participa activamente en la Asociación José Ingenieros y publica una revista de aparición mensual, siendo su director.
Cristal: revista ecléctica, tal su nombre, contaba con colaboradores diversos especialmente vinculados a organizaciones socialistas, anarquistas o comunistas.
Se incluían también artículos de escritores importantes del país, quedando en evidencia la fuerte inserción de Gregorio González Dunet en los círculos literarios de proyección nacional.
También publicó un libro con el título “El viaje inverosímil”, generando un comentario en la revista Caras y Caretas el 19 de enero de 1935, número 1894-página 133 (datos de Carlos Alberto Suárez).
Allí se decía “poeta humilde que, como los ruiseñores esquivos al clamor indiscreto, canta en la reserva de umbría, al margen del bullicio mundano de las grandes urbes, sin alusión alguna por las fáciles seducciones del agasajo espectacular.”
En 1935 escribe el prólogo del libro “Historia de Tres Arroyos”, de Ramón Gorraiz Beloqui.
Si bien esta columna cumple con el objetivo de rescatar la figura de una persona que tuvo aportes brillantes a la cultura local, ciertamente no alcanza para cubrir estrictamente el concepto de biografía.
Hay datos que sería interesante repasar, sobre todo sobre otros desempeños de Gregorio González Dunet en nuestra ciudad. De modo que queda abierta la posibilidad de acceder a documentación que eche más luz sobre su vida.

Revista El Hogar
Fue fundada en 1904 por Alberto Haynes, titular de la editorial de su nombre.
Originalmente se llamaba “El consejero del hogar”, con aparición quincenal con contenido de literatura, recreación, moda y humor.
No tuvo mayor repercusión motivo por el cual se le cambió el nombre y se lo transformó en un semanario ilustrado que lo convirtió en la revista de mayor circulación en todo el país, incluso con proyección internacional.
Apuntó a sectores de clase media alta con singular repercusión y abordando cuestiones vinculadas con la literatura y el pensamiento nacional, incluyendo tradiciones, arte, folclore, historia, usos y costumbres, etc.
Reflejaba con generosidad los acontecimientos sociales y políticos de la época y daba lugar a escritores del mayor fuste de las letras nacionales, y consagraba a nuevos exponentes.
Solo como ejemplo, cabe mencionar que Jorge Luis Borges fue un estrecho colaborador de la publicación entre 1935 y 1958.
Lo dicho no hace sino ratificar la elevada consideración con que contaba Gregorio González Dunet.

Haynes
Alberto Haynes (foto) había llegado al país desde Inglaterra para trabajar en el Ferrocarril Oeste, integrante de la estructura de propiedad británica.
Resuelve quedarse e iniciar un emprendimiento gráfico que con el tiempo se transformaría en uno de los más grandes y prestigiosos de América.
Tenía sus instalaciones (foto) en las calles Río de Janeiro y Bogotá.
Editó el diario Mundo Argentino y revistas con temáticas deportiva, agraria, e infantil, entre otras. Fue un innovador al introducir el tamaño tabloide.
En 1948 el grupo ALEA de Carlos Aloe compró el 51 de sus acciones. Aloe era el Director de comunicaciones del gobierno de Juan Perón, con un poder muy especial que ha generado literatura específica al respecto.
La Revolución Libertadora intervino a la empresa con una expropiación forzosa, y muchos de los integrantes originales de la misma debieron exilarse en Méjico.
La disolución definitiva se produjo en 1960. El edificio que muestra la foto, fue demolido.
La editorial Haynes tuvo también participación central en la fundación de Radio El Mundo.

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