De Chascomús a Esquel: el desafío de Bruno Ricao y las historias del camino
Bruno Ricao llegó a Tres Arroyos luego de varios días de una aventura que comenzó en Chascomús y que lo llevará, si todo sale como desea, hasta Esquel. A pie, con un carrito enganchado a la cintura y un sueño que lo acompaña desde hace años, el chascomunense avanza por rutas, pueblos y campos, encontrándose con historias que, según él, ya justifican cada kilómetro recorrido.
El estudio de LU24 tuvo el agrado de recibir la visita de Bruno Ricao, quien comentó su experiencia hasta el momento y como seguirá su travesía hasta concretar el objetivo.
Un desafío que nació de una deuda interna
“Quedé con una deuda pendiente con el boxeo, no había intentado lo que debía. Cuando se me ocurrió este viaje dije: no quiero convivir más con esa sensación”, cuenta Bruno. Así inició una travesía que lo reconcilia con su pasado y al mismo tiempo lo impulsa hacia adelante.
De a poco, relata, va tomando dimensión real de lo que está haciendo: “Yo lo veía como una carrera más, pero recién ahora entiendo que largarse también tiene su mérito”.
El camino: esfuerzo, encuentros y sorpresas
Hasta ahora promedia 51 kilómetros diarios, con la idea de sostener un ritmo entre 40 y 50 para llegar en las mejores condiciones. El viaje, dice, no es solo físico: “El cuerpo quiere seguir, pero ahora empecé a planificar más con la cabeza”.
Su carrito, que construyó junto al tío de sus hijas, carga ropa, comida, agua, herramientas y una carpa. Pesa cerca de 50 kilos y hace cada subida todavía más desafiante. “En Tandil las cuestas se sienten distinto”, comenta entre risas.
Pero si algo destaca Bruno es la gente: camioneros que le acercan comida, colectivos que le alcanzan galletitas desde la ventanilla, familias que lo alojan, desconocidos que lo alientan en plena ruta. “Hay una Argentina muy amorosa que uno se va encontrando”, dice.
Una de las anécdotas más increíbles ocurrió en Benito Juárez: un dolor en la pierna lo obligó a detenerse y lo asistieron vecinos del lugar. Uno de ellos resultó ser un boxeador con quien Bruno había peleado hacía 16 años en Necochea. Ninguno lo sabía hasta ver el apellido en Instagram. “El destino”, resume.
Ciudades, pasos y aprendizajes
Bruno diferentes localidades y en cada una, afirma que le deja algo: “No hay día que no se fortalezca esa sensación de decir: menos mal que me largué”.
Aunque comenzó durmiendo en carpa, en la mayoría de los pueblos ha sido recibido por gente que le ofrece un techo o un plato caliente. “Dos noches nada más dormí en carpa; lo demás fue gracias a personas que fui conociendo”.
La meta: Esquel, un sueño que vuelve
La elección del destino tiene una razón afectiva: su hermana vive allí. Pero la idea nació mucho antes, incluso antes de que él tuviera encima sus primeros 21 kilómetros. “Hace dos años dije: quiero ir a correr a Esquel. Y quedó grabado. Después vinieron las ultra distancias y un día dije: lo hago”.
El recorrido total será de entre 1800 y 2000 kilómetros, dependiendo de los desvíos del camino. Su objetivo es llegar el 3 o 4 de diciembre.
Acompañado, aunque vaya solo
Los mensajes de aliento llegan en cantidad. “A veces no puedo responder, pero me levantan el ánimo. Un mensaje vale tanto como una ayuda económica”, reconoce.
Incluso, cuenta emocionado, el nieto de una familia amiga le envió los 700 pesos que tenía en la cuenta. “Ahí no hay color político, es lo humano”.
Lo que sigue
Bruno planea continuar viaje luego del mediodía, según cómo esté el clima. Antes, piensa abastecerse en Tres Arroyos: “Más adelante los pueblos son más chicos, así que quiero aprovechar ahora”.
Sabe que no todo será fácil, pero también sabe que ya ganó algo importante: “Estoy muy contento de lo que hice hasta acá. Falta mucho, esto recién arranca, pero cada tramo es una victoria”.
Para seguir su travesía: Instagram @chascomus__esquel