Dramática experiencia de Luis Di Rocco en los terremotos en Italia

13 noviembre, 2016

Dramática experiencia de Luis Di Rocco en los terremotos en Italia


El tresarroyense Luis Di Rocco, exgerente del Centro de Acopiadores de Tres Arroyos, vivió los fuertes terremotos que tuvieron lugar en Italia días pasados, cuando se encontraba en la localidad de Camerino, a 230 km de Roma. Compartieron con él el viaje, vinculado a un curso de italiano de la Dante Alighieri, su esposa y dos primos que viven en Adolfo Gonzales Chaves. “Llevábamos 26 días allí cuando comenzó la serie de terremotos. Habíamos construido relaciones con gente, por ir todos los días a los negocios del pueblo, y eso nos dejó muy mal anímicamente”, contó a LU 24.
El primer movimiento sísmico se produjo a las 19.15, de un día en el que Luis había tomado clases de literatura hasta las 16.30. “Hasta ese momento había una atmósfera que no se podía explicar. Era el atardecer. Palmira –su esposa- estaba en el subsuelo, donde estaba el área de lavado, secado y planchado, y mi primo, su esposa y yo estábamos en el departamento. Escuchamos un trueno muy intenso, prolongado, y el edificio tembló mucho. Llamábamos a Palmira, finalmente estábamos todos bien pero una vecina nos dijo que sonaban las sirenas y teníamos que abandonar el edificio y refugiarnos en la plaza. Pocos minutos después empezó a llover”, relató.
“Las calles de Camerino no tienen árboles, son muy angostas, por eso el único lugar abierto era la plaza. El edificio tembló pero se mantuvo en pie”, completó Palmira. Minutos más tarde, volvieron al departamento y todo volvió a temblar, pero esta vez con mayor intensidad, con una vibración y una suerte de ondulación en el piso, y hubo un corte de luz. “Ya con el segundo movimiento empezamos a arreglar las valijas, porque nos queríamos ir. Tuvimos que volver a ir a la plaza. Hasta que nos avisaron que nos iban a evacuar. Tras un recorrido bastante largo, empezamos a ver los primeros derrumbes. Paredes caídas, polvo en suspensión”, relató Di Rocco.

Evacuados
Los tresarroyenses fueron evacuados en un gran campo deportivo en las afueras de la localidad. Hasta allí llegaron las entidades solidarias, la Cruz Roja, mucha gente dispuesta a colaborar. Los movimientos sísmicos siguieron, hasta que a las 5.30 de la madrugada siguiente hubo un terremoto aún más intenso que los anteriores. “Cayeron edificios, por suerte ya no estábamos en Camerino. Decidimos tomar un micro a Roma. Llegamos allí, descansamos un poco, y cuando me fui a acostar percibí que la cama temblaba. Pregunté al conserje del hotel si pasaba alguna línea de subterráneo, y me dijo que había otro temblor. Cuando se tranquilizó todo tuvimos que salir a comprar ropa, porque habíamos dejado todo el equipaje en Camerino”, contó.
Preocupados por lo que podían perder con su equipaje, tuvieron en cuenta las palabras de un encargado de Defensa Civil que había intervenido ya en los terremotos de agosto en Amatrice. “Hace 60 días que vengo sepultando gente. Los bienes materiales se van a recuperar. Están vivos”, recordó finalmente Di Rocco que les dijo este hombre.