El Arzobispado de Bahía Blanca aboga por la “cultura del encuentro” como antídoto a “un sistema que mata”

En el Día del Trabajador, festividad de San José Obrero, el Arzobispado de Bahía Blanca y la Pastoral Social de la Arquidiócesis difundieron una carta en la que expresan que “este sistema, en lugar de colaborar con la vida, mata como lo ha expresado en varias ocasiones el Papa Francisco. ¿Por qué? Porque destruye relaciones, amenaza a la vida, y provoca el desempleo que tanto nos duele. La Doctrina Social de la Iglesia desde siempre insiste en la justa distribución de la riqueza”.
“Este sistema mata también porque no reconoce “personas” sino instrumentos al servicio de la concentración de la riqueza en pocas manos. Este sistema divide, pues no permite el diálogo que posibilita, por un lado, la organización de los trabajadores, y por otro, la confrontación serena de derechos, intereses, posturas, con el sector empresarial, en pos de acuerdos laborales y sociales”, agrega.
Asimismo, manifiestan que “suele decirse que “la pobreza” es el gran problema que hemos de enfrentar; pero esto no es así. El problema es la concentración de la riqueza, de la que la pobreza es su consecuencia. A esto se suma el “descarte” que naturaliza relaciones de trabajo enfermas. Este sistema, en lugar de colaborar con la vida, mata como lo ha expresado en varias ocasiones el Papa Francisco. ¿Por qué? Porque destruye relaciones, amenaza a la vida, y provoca el desempleo que tanto nos duele. La Doctrina Social de la Iglesia desde siempre insiste en la justa distribución de la riqueza. Son clarificadoras en este aspecto las palabras de San Juan Pablo II: <
Es por eso que consideran que “el antídoto a esta realidad que enferma es la “cultura del encuentro”, manifestada en un diálogo social que establezca acuerdos entre el capital y el trabajo con el reconocimiento del Estado por medio de leyes que garanticen acuerdos”.
En archivo adjunto e imágenes se puede leer la carta completa.