Ensiladoras y silos bolsa: un desarrollo que marcó el paisaje del campo
La aparición del silo bolsa marcó sin duda un hito en la producción agropecuaria. Y Carlos Martínez, de Martínez -Staneck -firma de Tandil que comercializa sus productos en todo el mundo- tuvo un rol fundamental asociado a este desarrollo, porque es el inventor de la primera máquina moledora-ensiladora que nació tras una visita a Estados Unidos, en 1990, en busca de una solución para el problema del silo de grano con alta humedad.
“Esa máquina recorrió el mundo, en Argentina hay más de 20.000 vendidas, y hoy incluso se fabrica en Alemania, Francia, Estados Unidos, Rumania, entre muchos otros países”, contó a LU 24.
Más tarde crearía otra herramienta, para ensilar grano entero, en este caso tras una serie de ensayos con los profesionales de INTA Balcarce. “Esa primera máquina la hice en 1994, 95, y a comienzos de 2000 arribamos a la máquina que actualmente comercializamos, que es la de energía cero, que opera sin motor y sin tractor, sólo por descomposición de fuerzas”, describió Martínez.
A esos encuentros con la gente de INTA se sumó Zacarías Klas, de IPESA, y con él se hicieron los ensayos para la comercialización de granos que devinieron en los silos bolsa tan reconocidos.
“Cuando arrancamos con esto, Argentina producía 50 millones de toneladas, y hoy a pesar del crecimiento de esa cifra, a 140, 150 millones de toneladas, no se han hecho casi plantas de silos nuevas, todo va a la bolsa y las bolsas ya forman parte del paisaje del campo”, consideró.
“El país tuvo la suerte de haber hecho este desarrollo; y el mundo lo está adoptando, porque hay lugares como la India donde se producen 300 millones de toneladas de arroz y quedan por mucho tiempo a la intemperie; y con este sistema, Ferrero Rocher embolsa avellanas y frenó considerablemente sus pérdidas gracias al silo bolsa. En este sentido, así como en la siembra directa, somos innovadores”, concluyó Martínez.
