Entronizaron imagen de la Virgen del Rosario de San Nicolás en el Hogar de Ancianos de San Cayetano
Como cada segundo viernes del mes, y dando inicio a las celebraciones de la misa del año en curso, el día 10 del corriente el cura párroco Pablo Deiro celebró en el Hogar de Ancianos “Marta Esther Urrutia” de San Cayetano, la re entronización de la Imagen de la Virgen del Rosario de San Nicolás, la cual fuera restaurada por una vecina de dicha ciudad.
Para dar inicio a esta ceremonia, el cura párroco bendijo la imagen y a todos los presentes, para luego relatar brevemente la historia de la virgen.
Finalmente, en un acto sencillo pero muy emotivo, el padre Pablo tomó la virgen en sus brazos y fue acompañado en procesión por todos los presentes, residentes, personal y vecinos hasta el pedestal ubicado en la entrada principal del Hogar. En el lugar se entonó el himno que lleva su nombre, y se elevó una oración.
Historia de María del Rosario de San Nicolás
Era el año 1983 cuando en varias casas de la localidad de San Nicolás empezaron a surgir testimonios de iluminación repentina de rosarios que tenían las familias colgados en sus casas. Una de esas vecinas, Gladys Quiroga de Motta, entendió que eso podía ser una señal y empezó a rezar, hasta que el 25 de septiembre de 1983, la Virgen se le apareció por primera vez.
La segunda aparición fue tres días más tarde y, la tercera, el 7 de octubre. Ese día, completamente intrigada, Motta se atrevió a preguntarle qué quería. La Virgen no le contestó, pero en cambio ella recibió la visión de una capilla. Al día siguiente la Virgen empezó a hablarle. Y dos días más tarde, le insistió: “Soy patrona de esta región. Haz valer mis derechos”.
Mujer con poca formación escolar, apenas de cuarto grado, y sin conocimiento de las Escrituras, llamaba la atención que Motta recordara con exactitud las citas bíblicas que la Virgen le hacía en sus apariciones. Esto llevó al obispo diocesano de entonces, monseñor Antonio Rossi, a recibirla y a pedirle que le describiera la apariencia de la Virgen: “No coincide con ninguna de las imágenes de la iglesia”, le contestó la mujer.
El 19 de noviembre, en otra aparición, la Virgen le dijo a Motta: “Eres puente de unión. Predica mi palabra”; y el 24, un rayo de luz señaló el emplazamiento del futuro templo. “No estoy donde debo estar. Quiero estar en la ribera del Paraná”, le escuchó decir.
El 27 de noviembre Motta volvió a la iglesia y el cura la llevó al campanario, porque recordó que allí yacía depositada desde hacía años una imagen antigua y muy deteriorada de la Virgen del Rosario, para ver si se parecía a la que ella veía. Y así fue. “Esta es la imagen, es ella”, dijo emocionada la mujer. Y recién ahí ambos comprendieron el porqué de aquel primer reclamo: “Soy patrona de esta región. Haz valer mis derechos”.
Es que esa imagen deteriorada y arrumbada en el campanario había sido una donación hecha por el Vaticano y estaba bendita por el papa León XII, cuando en 1884 fue inaugurado el templo parroquial de San Nicolás de Bari. El regalo fue hecho en función de que la Virgen del Rosario había sido elegida cien años antes como Primera Patrona del Curato de los Arroyos.