Es tresarroyense, vive en San Isidro y se destaca en el tenis a los 84 años

1 octubre, 2017

Es tresarroyense, vive en San Isidro y se destaca en el tenis a los 84 años

La tresarroyense Amanda Minguez y su amiga Ana Obarrio tienen 84 años. Juegan al tenis desde chicas y si bien hubo un lapso que dejaron la actividad, cuando volvieron siendo ya veteranas, la tomaron con la misma intensidad. Se divierten. Nada tienen que ver con la competencia pura. Pero festejan los triunfos y sufren las derrotas como lo hicieron en toda su trayectoria. Según publica la web “Diario de Cuyo”, están en San Juan representando a Buenos Aires en el Nacional de Tenis de Veteranas. Como en su categoría no fueron muchas las participantes, jugaron por el sistema todas contra todas y en singles (el torneo se juega en dobles y por equipos). Una -Ana- terminó primera. La otra -Amanda- cuarta. Pero tienen un foco en común. Dentro de 5 días se van, formando equipo, a Orlando (Estados Unidos) a jugar el Mundial de la categoría. Ya lo hicieron en el año 2015, en Croacia, y se colgaron la medalla de bronce. Decirlo, para ellas, es todo un orgullo.
Ana tiene 10 hijos. Siempre sintió el total apoyo de la familia para jugar. Es más, a uno de los Mundiales la siguió uno de sus hijos para apoyarla. Y otra hija, por ejemplo, relata orgullosa en su cuenta de facebook que mamá cumplió sus 84 años este lunes que pasó. Ana es nacida en Capital Federal. En Plaza San Martín. Representa al Tenis Club Argentino, donde se formó como jugadora. Lo hizo de muy pequeña y entró a las canchas hasta la adolescencia. Después tuvo que dejar de jugar por unos años. Volvió siendo grande. Con 65 años. Y le metió firme porque ya lo había asumido: El tenis es su pasión. “Al tenis lo vivo con el alma -cuenta-, es casi la razón de mi vida. Es motivación y felicidad. Energía y salud. Es, simplemente, bienestar general…”. Se nota que sus palabras salen de adentro. Flaca, de buena altura y con su cabellera entre canas, Ana no se cansa de buscar adjetivos buenos para con lo que hace. Entonces, una pregunta casi obligada: ¿Qué le diría a las chicas que juegan? “Que lo hagan siempre con pasión. Que pongan el alma en lo que hacen. Porque el tenis cura la mente. Mientras tenga fuerzas seguiré jugando. Eso que nadie lo dude…”.
Nacida en Tres Arroyos
Amanda es de otro perfil pero coincide con Ana. No tiene hijos pero aclara orgullosa que sus sobrinos y otros cercanos a la familia siempre la acompañan para alentarla. Para ella el tenis no lo es todo. Comparte esa pasión con otra: Tiene caballos de carrera. Nació en Tres Arroyos, pero actualmente vive en San Isidro. Igual que Ana, empezó a jugar de niña. Representa al CASI (Club Atlético San Isidro) y, ya de adulta, dejó de jugar por 10 años. Retomó como veterana con la misma fuerza. “¿Qué puedo agregar a lo que dijo Ana? Prácticamente nada, porque el tenis es la mezcla ideal de bienestar, energía y ganas. Por eso le digo a las chicas más jóvenes que no lo tomen como una simple diversión, sino que lo vivan en plenitud…”.