Ganadores primera etapa de Claromecó en “Juegos Bonaerenses”

En Claromecó hubo 2 ganadores de la primera etapa, se trata de Ana Laura Juarez que participó en juveniles en la categoría “cuento” y Rolando Florez que partició en adultos mayores en la categoría “objeto artístico”. Ambos coincidieron en el tema “Pandemia” en sus expresiones.
30 años se cumplen desde que comenzaron los Juegos Bonaerenses, este 2021 tuvo más de 100.000 inscriptos de 135 municipios.
Anita que está en su último año de secundaria, y aún no se decide si seguirá Psicología o Profesorado de Literatura. Se mudó a Claromecó junto a su familia en el año 2017 y enseguida comenzó con los talleres de escritura, en principio fue con los brindados por Arnie Noejovich en la Biblioteca Bernardo A Houssay y luego con Julia Czubaj de Asistencias Técnicas que se brinda en el Espacio de Arte Quelaromecó. Es la segunda vez que se presenta y esta vez sigue en carrera. A futuro, sea cual fuere la profesión que decida estudiar, no quiere dejar esta pasión y escribir libros.
Rolando, quien es el Encargado del Museo Regional Aníbal Paz, es un apasionado del dibujo, pero en este caso presentó una fotografía en la cual representa una costumbre argentina modificada “la rueda de mate” que antes se manifestaba con un mate y un termo o pava para la ronda y ahora es con mates y termos por cada persona. A la imagen la quizo realizar en un entorno natural. Recibió la convocatoria y no lo dudó un instante, es la primera vez que participa.
Combatiendo la pandemia
Esteban estaba muy inquieto aquella noche. Habían alargado la cuarentena y no soportaba más estar encerrado, sin poder ir al colegio y jugar con sus amigos. Entonces María, su mamá, le contó que podía salir de la casa sin necesidad de salir a la calle. Este, intrigado, le preguntó cómo podía hacerlo. “Solo tenés que cerrar los ojos, imaginarte que estas en un lugar, el que vos quieras, con quien quieras. Después, abrís los ojos y verás que se convierte en realidad”, le contestó su madre. Luego le dio un beso en la frente, se colocó el barbijo y se fue al supermercado.
El niño cerró los ojos. Pensó, imaginó y soñó. Los abrió justo cuando golpearon a la puerta. Abrió, y se encontró en la plaza donde jugaba con sus amigos. Allí estaban ellos, esperándolo con patinetas voladoras. Juntos partieron rumbo al castillo del Rey Alberto. Este les tenía una misión: “Cruzar el bosque encantado y llegar a la aldea para matar a los Coronavirus”.
El grupo de amigos emprendió el viaje. En el camino se cruzaron con Caperucita Roja que le llevaba la comida a su abuela. Esta les pidió que cuiden a sus familiares, en especial a los abuelos. Luego vieron al lobo persiguiéndola.
Más adelante observaron a Maléfica espiando a la Bella Durmiente con una distancia de dos metros. Siguieron su camino y se encontraron con tres enanos y un príncipe que lloraban desconsolados la supuesta muerte de Blancanieves (eran pocos porque no podía haber muchas personas en la ceremonia). También vieron a Hansel y Gretel poniéndose alcohol en las manos antes de entrar en la casa de la bruja; a Shrek bañándose en el lodo con Fionna y sus hijos (ni el gato con botas, ni el burro con su familia fueron invitados porque se haría un amontonamiento de mucha gente); y a Peter Pan jugando con los niños perdidos, todos con barbijos.
Llegaron a su destino y los Coronavirus los esperaban para la batalla. Los niños se prepararon con barbijos, lentes y trajes especiales. Los coronavirus trataban de pegarse al cuerpo de los niños. Pero ellos fueron más fuertes y con unas espadas que les dio el Rey Alberto lograron vencer al virus.
Volvieron al castillo y festejaron la gran victoria. En el medio del festejo, Esteban cayó en un hoyo oscuro y profundo. Cerró los ojos, gritando ayuda. Cuando terminó de caer, abrió los ojos y estaba en los brazos de María, su mamá.
“Te quedaste dormido”…
Ana Laura Juarez