Herminio Merlo: su fallecimiento

Escribe: Omar Eduardo Alonso
Con la desaparición a los 90 años del señor Herminio Manuel Merlo, no solo se registra la pérdida de un exitoso comerciante de nuestro medio, sino que se lo puede vincular con una trayectoria importante en la historia de la actividad ferroviaria de Tres Arroyos.
Fue, sin embargo, una persona muy reservada respecto a ese tramo de su vida. Recuerdo haber hablado con él para invitarlo al programa “esto es Historia”, oportunidad en que, amablemente, se negó.
Recuerdo claramente la ocasión. Fue en la vereda de la primera cuadra de calle Hipólito Irigoyen, es decir a pocos metros de su propio domicilio y del comercio que regenteara durante muchos años.
Mi invitación apuntaba, precisamente, a tener un testimonio de aquellos años florecientes del ferrocarril en el cual trabajó.
Es que en Tres Arroyos por los tiempos en que Merlo tenía esa ocupación había no menos de 300 empleados, según lo que estimó el señor Carlos Mendiola en su paso por el mencionado programa, lo que ocurrió el 29 de octubre de 2016.
Una actividad ferroviaria intensa, como un servicio de excelencia que fue decreciendo con el tiempo, y con un personal numeroso que se nucleaba, según las actividades, en la Unión Ferroviaria y La Fraternidad, esta última representando a los conductores de locomotoras. Precisamente, en un inmueble abandonado hace muchos años en la segunda cuadra de la calle Maipú funcionaba una escuela de este último gremio, con una gran maqueta que se utilizaba para instruir al personal. Su destino es historia.
Alejado de los trenes, Merlo puso en marcha Perfumería Beatriz, un emprendimiento que marcó tendencia en el rubro, siempre preocupado por estar a la vanguardia de productos y servicios vinculados con la belleza y perfumería.
Ya se había retirado de esa actividad cuando se produjo aquel encuentro casual en la vía pública, oportunidad por mi aprovechada para formular la invitación.
Quedó frustrada para mí la ocasión de profundizar en un tema de interés, pero no por ello se debe dejar en el olvido su paso por una actividad que marcó época.