Inclusión y el Dia internacional de la discapacidad

3 diciembre, 2022

Inclusión y el Dia internacional de la discapacidad

Compilado: Ing. Agustín Báez. – Grupo de padres y voluntarios “Mas Inclusivos Tres Arroyos”

La palabra inclusión abre una ventana interesante para recordar el “dia internacional de la discapacidad”, porque es una palabra intensamente utilizada pero que no se ajusta a una verdadera realidad. La inclusión es una filosofía de vida, una posición desde donde se mira a otro que es distinto a uno mismo. Podríamos decir que es una posición en la vida que nos involucra en la diversidad. La inclusión propone que nos miremos a los ojos en igualdad de oportunidades, apelando a la diversidad y a las características individuales.
Para esto debemos partir de un convencimiento, de una seria determinación y una profunda reflexión de que esto es posible. Eso sí desprendiéndose de toda idea de “normalidad” (acosta, 2021).
Las categorías normal/anormal no nos son ajenas, nos atraviesan íntimamente en nuestros deseos de inscripción en lo común, de obedecer las prescripciones y establecer conductas esperadas, relaciones esperadas, hijos esperados, porque expresan las medidas de las cosas; la normalidad es la medida del mundo, se trata de producir sujetos a esa medida y de controlar sus desviaciones con el objetivo de corregirlas. Por lo tanto, todo lo que nos aleje de estas inscripciones nos pone en tela de juicio.
En todo caso, impulsar el desarrollo personal es la posibilidad de tejer un puente para acceder a la potencialidad de la persona, de dar espacio para que el otro sea lo mejor que puede ser, apelando a toda su inmensidad como persona desde la más recóndita virtud hasta la más poderosa.
La inclusión se resuelve con “pequeños gestos cotidianos”
No existen recursos y estrategias, nadie nace sabiendo, nadie tiene un manual ni hay una forma única que nos permita ser inclusivos. Dice Carlos skliar “la inclusión se resuelve con pequeños gestos cotidianos. No tiene que ver con la virtud que tiene alguien de dejar pasar un “pobrecito” para formar parte de algo. Tiene que ver con ese primer gesto. De que todo el mundo es bienvenido. “educar la mirada” es el primer paso para la aceptación del otro, y por ende comprender los lineamientos de la inclusión.
Minimizar o eliminar barreras
Inclusión implica que la comunidad se puede unir, trabajar en conjunto, escucharse y aceptarse. Se le entiende como un proceso que se tiene que atravesar realizando acciones que minimicen o eliminen barreras de todo tipo que todos nosotros fuimos construyendo y hacer realidad a una “sociedad para todos” y no para un determinado sector de personas pudientes o “normales”. Es un camino a recorrer en donde se van borrando los prejuicios, el desconocimiento, modificando actitudes y dar lugar al descubrir desde todo punto de vista.
De la integración a la inclusión
A la integración podemos pensarla como dos círculos pequeños que forman parte de un circulo mayor. Si bien están interrelacionadas, hay una barrera que los separa, que delimita quien es quien, y ese engranaje es claro. Es decir que en la integración se esconde una zona de segregación.
Skliar (2002), manifiesta que “las diferencias siempre expresan una relación entre sujetos, y allí no es posible, ni vale la pena, determinar si hay alguien diferente. En la integración las diferencias se subrayan, se resaltan, porque aparece en el discurso un gran “ellos” y una gran “nosotros”. La sociedad necesita poner en palabra para explicar, y en esa búsqueda se pone de relieve que el “otro” no es igual a “mi”. Necesitamos rotular porque se busca poner nombre a “aquello” que es y no forma parte de mí.
Con las resoluciones 311/2016 del consejo federal de educación y resolución 1664/2017 de la dirección general de escuela y cultura de la provincia de buenos aires, se trata de avanzar de la integración a la inclusión, donde se determina que las escuelas bonaerenses públicas o privadas de todos los niveles educativos no podrán negarse a inscribir un niño o adolescente con discapacidad, según la resolución 1664/17 de “educación inclusiva de niñas, niños, adolescentes, jóvenes y jóvenes-adultos con discapacidad en la provincia de buenos aires”, firmada por el ministro de educación bonaerense. La resolución además garantiza que la titulación será en igualdad de oportunidades. Esta normativa está siguiendo el mismo camino de otras que fueron emitidas hace más de 20 años, tales como las circulares técnicas que expresan que: “no es el niño quien tiene que adaptarse a la escuela. Es ésta quien debe realizar todas las adaptaciones en sus distintas dimensiones: cultural, contextual, relacional, curricular, etc, para acompañar al alumno en la construcción de sus procesos de aprendizaje” (circ. Técn. Parcial nº 13, viú, 2000).
O dicho de otra manera: “ya no hay que preguntarse si un niño es los suficientemente bueno para una determinada escuela; sino, si una escuela es lo suficientemente bueno para el niño” (circular técn. Parcial nº 13, dimeglio, 2000).
“no estamos preparados”, “no se puede”, “no puedo”, “no va a poder” No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino las actitudes, pensamientos y acciones que realizamos cada uno de nosotros.
Se pueden realizar “cambios”
El cambio es mirar de forma distinta la realidad (mirarnos, mirar al mundo, de esta manera uno empieza a ver cosas diferentes y podemos ayudar al otro que nos necesita (la solidaridad es la que crea, origina comunidades sustentable desde todo punto de vista). Debemos subir el nivel de conciencia para ver cosas que no estamos viendo, cambiar conductas.
El ser humano necesita mantener siempre la esperanza de que haya un “camino que merece ser recorrido”, y que una vez atravesado pueden aparecer nuevas experiencias que merecen ser vividas. Sabemos que después de la noche viene el amanecer o después del invierno disfrutamos de la primavera. Este conocimiento nos permite transitar ese camino con otra actitud, y la actitud tiene un enorme impacto sobre la salud, sobre el funcionamiento del cerebro, entre otras cuestiones favorables.
El “no se puede”, o mejor dicho “no puedo”, son los “noismos” que los familiares de pcd escuchamos permanentemente. Muchas veces se ha subrayado que “hay que estar todos juntos”, sin debatir ni profundizar acerca del “para qué y el cómo”: no hay un pensamiento acerca del encuentro en sí, de la relación pedagógica como tal. La inclusión es, al fin y al cabo, lo que hagamos de ella: no existe, por sí misma, por propia definición.
Bibliografía consultada
Acosta, 2021; indiana vallejos, 2009; asnico y seba, 1996; amoros y perez, 1993; raci. Argentina- embajada de canada, 2021; skliar, 2002; 2013; 2017; inadi, 2010; la naciòn, 2020; ratazzi, 2020