Japón, China y Rusia: tres modelos de economía diferentes frente al siglo XXI

Desde pleno corazón de Asia, Carlos Ordóñez relató en la mañana de este miércoles cómo tres potencias conviven con modelos económicos tan distintos como sus trayectorias históricas: Japón, el país del orden y la tecnología sin crecimiento; China, la superpotencia emergente que desafía al mundo desde su escala; y Rusia, el gigante de los recursos naturales que resiste en un mundo sancionado.
Desde Osaka, explicó cómo Japón fue durante décadas un modelo de desarrollo industrial, y hoy, 2 millones de habitantes menos cada cinco años, enfrenta un dilema difícil: tiene tecnología de punta y excelente infraestructura, pero no crece. Su economía lleva más de 30 años estancada, atrapada entre la deuda pública más alta del mundo (250% del PIB) y una población envejecida que limita el consumo interno.
Sin embargo, Japón sigue siendo potencia: lidera sectores como la robótica, la automatización, los autos híbridos y la maquinaria de precisión. Pero ya no es el motor global de los años 80, sino una economía madura que administra su presente más que construir un futuro expansivo.
Al final de la crónica, Carlos Ordóñez, tras haber recorrido parte de Rusia, Japón y China expresó que estos países representan tres formas de enfrentar un mundo post-pandemia diferente: Japón, la potencia serena que no crece, pero no cae. China, la locomotora que no quiere parar, Rusia el país de los recursos naturales que busca soberanía a fuerza de energía, acero, y poderío militar.
Cada uno con sus riesgos, cada uno con su lógica. Y todos, mirando con cautela el futuro.