Krina Scigalszky: su fallecimiento

Escribe: Omar Eduardo Alonso
El 5 de abril fue clave en el tránsito vital de Krina María Scigalszky: nació ese día en 1946 y falleció cuando cumplía años en 2023.
Fue una empresaria pujante del turismo rural en el distrito pero además protagonista de una historia particular de inmigrantes holandeses.
En 1952 toda la familia viajó en un barco hacia Buenos Aires, obligada por circunstancias especiales.
Su padre Lazlo era húngaro radicado en Holanda y tras la Segunda guerra mundial era reclamado para incorporarse a las fuerzas armadas de su país de origen, siendo considerado un apátrida.
Se sostenía el ambiente bélico en Europa, de modo que se resuelve la emigración a América.
Para hacerlo, toda la familia debía vacunarse contra la viruela, que por entonces causaba estragos en las poblaciones.
Lazlo y Cornelia Cori tenían tres hijos; a Krina no le prendió la vacuna en dos oportunidades, de modo que debieron elegir a Argentina donde se permitía el ingreso sin ese requisito cuando eran menores de 5 años.
El jefe de familia era técnico mecánico, relojero y durante la guerra trabajó en la conversión de motores para reemplazar al escaso Diesel.
Llegados a la Argentina, permanecieron dos meses en Buenos Aires y luego se trasladan y radican por dos años en Mar del Plata. Allí Lazlo participaría en la fundación de la empresa Eskabe, dedicada a calefacción y rubros conexos.
Los padres, preocupados por la educación de sus hijos, se enteran de la existencia del Colegio Holandés en Tres Arroyos, por lo que resuelven radicarse aquí.
Krina estudió, además, en el viejo Colegio Nacional, sección comercial y luego de egresada trabajó durante 3 años en la administración del Parque Hotel.
A los 21 años se casó con Antonio Verkuyl, radicándose el matrimonio en el campo. Tuvieron dos hijos.
El lugar era facilitado a la Iglesia Reformada para la realización de campamentos, lo que disparó la idea de avanzar hacia un emprendimiento de turismo rural, hacia el 2007.
De tal manera, el establecimiento San Joaquín, ubicado cercano a Copetonas y Reta, comenzó a recibir visitas de turistas interesados en disfrutar de la tranquilidad y en muchos casos para tomarlo como base para excursiones hacia otros lugares de la zona.
El emprendimiento se desarrolló en un lugar que muchos años antes perteneció a la familia Rasmussen, que había construido una verdadera mansión en el lugar.
Los procesos inflacionarios recurrentes en el país atentaron contra proyectos que Riné tenía, aunque no detuvieron el entusiasmo de esta verdadera empresaria emprendedora.
En una entrevista que realizara con quien escribe, dijo de la idea de desarrollar un ambicioso proyecto de un hotel de verano para niños para que funcionara una verdadera colonia para ellos.
También mencionó sus estudios de piano al punto de recibir una beca para perfeccionarse en el Mozarteum de Buenos Aires, la que no pudo utilizar por los prejuicios existentes en la época sobre el alejamiento del seno familiar, especialmente de las niñas.
Su última aparición pública quizás haya sido en un oficio religioso celebrado en la Iglesia Reformada de calle Maipú. Además de emprendedora fue una persona afable que sostuvo siempre vínculos con la colectividad holandesa.