La experiencia de Cristian Sunesen en Dinamarca: “a la Argentina le falta estabilidad”

Cristian Sunesen, tresarroyense residente en Dinamarca con su familia desde 1997, cuando con sus padres y su hermana fueron de vacaciones a ese país y decidieron quedarse, visita su ciudad natal en vacaciones y en ese marco conversó con LU 24. “Los primeros tiempos fueron difíciles, un idioma que no conocía, un país frío y oscuro, hasta que me adapté. Hoy viajo por toda Europa trabajando para una empresa danesa, Texas, que hace maquinaria para jardinería, y tengo clientes en 14 países diferentes”, contó.
Con 34 años, Cristian se desempeña como vendedor, y sus clientes son mayoritariamente importadores. “También tengo conocimiento sobre compras y producción”, indicó, porque todos los procesos están involucrados.
“Viendo distintas maneras de vivir, entiendo que hoy mi visión del mundo es diferente a la que tendría si me hubiera quedado en Argentina”, admitió Sunesen. “Hay mucha gente en Europa a la que le gustaría venir a este país como turista, pero hay cosas por las que no se quedarían. Culturalmente la Argentina está muy bien vista, pero cuando se supo que el gobierno iba a cambiar, se frenó la idea de invertir en este país porque una de las cosas más importantes en las que se piensa es la estabilidad. Y acá no es estable, por eso hay que esperar para invertir, porque pueden cambiar las condiciones, las leyes, se pueden cerrar los puertos y nadie va a poner dinero para tener que cerrar la empresa tres o cuatro años después. Y es difícil explicarle a un inversor que una máquina puede subir de precio al doble o triple en dos años”, consideró.
“Vaya uno a izquierda o derecha, la política europea no es tan brusca como la argentina. A un trabajador dinamarqués es difícil explicarle que de golpe un viaje al exterior cuesta un 30% más. Y el trabajador es muy cuidado en Dinamarca porque es el que aporta para ayudar al que no tiene; acá vemos que ese sector es muy castigado”, graficó.
Respecto de la presión impositiva que los contribuyentes afrontan en uno y otro país, Sunesen aseguró que de sus ingresos destina alrededor de un 37% a impuestos, “pero es mucho lo que recibo a cambio en seguridad social”. Y aporta él mismo a una suerte de fondo de desempleo en caso de que pierda su puesto laboral. “La diferencia es que en Dinamarca y Alemania, no hay miedo a tomar gente pero tampoco a despedirla, no hay que sacar la cuenta de cuánta plata se va a perder si hay que despedir a alguien, porque tampoco es tan difícil que consiga nuevo trabajo”, describió.