La figura de Carlos Avila en la mira de claromequenses que lo quieren como intendente

23 junio, 2022

La figura de Carlos Avila en la mira de claromequenses que lo quieren como intendente

El camino a las elecciones generales programadas para 2023 no hay dudas que ya se está transitando.

En el ámbito nacional es indisimulable que ya se dan los primeros pasos. Afloran las internas, las intenciones, los discursos directos e indirectos de quienes podrían ser candidatos o al menos firmes referencias.

Cristina, Alberto, Milei, Máximo, las corrientes más juveniles, los ortodoxos, radicales, el PRO la Coalición Cívica y los segmentos de izquierda, no pierden momento para tratar de tener presencia en la opinión pública.

En Tres Arroyos no estamos ajenos a esta voluntad ciudadana, que no es malo que ocurra. Solo hay que medir los tiempos. No es lo mismo un mensaje a nivel nacional, una línea para el pensamiento del país, que tratar de imponer una figura en lo acotado que representa un distrito, un partido de la Provincia de Buenos Aires.

Y los buenos momentos, los de euforia, los que atrae el triunfo reciente deben ser tenidos en cuenta a la hora de abrir la gatera.

Hay un hecho cierto que moviliza a propios  y extraños dentro de una comunidad: el efecto “Carlos Avila” en Claromecó y el comienzo de un camino que podría conducirlo al menos a ser precandidato a intendente.

En el fin de semana largo, super largo, recientemente pasado, hubo un encuentro de vecinos de Claromecó. Alguno que otro identificado con la Unión Cívica Radical y otros no. Simplemente admiradores de una figura. Coincidentes en los pensamientos en cuanto a que en Tres Arroyos algo debe cambiar y para iniciar ese cambio, es primordial desplazar al vecinalismo de la conducción del Gobierno Municipal.

Y en quién han pensado? En la figura de Carlos Avila. Un hombre vinculado al trabajo, constructor de profesión, comerciante, muy cercano a los sectores de la pesca deportiva y nativo de la zona.

Ese grupete de vecinos y amigos, que no eran más de 12, unidos por un asado de sábado a la noche, podrían constituirse en la plataforma de lanzamiento de la figura de un convecino, que forjado en el Vecinalismo, hoy dando un paso al costado, y con dos elecciones bien ganadas ( las paso y las generales últimas) dan el ánimo e impulso suficiente para ungirlo como propuesta válida.

Hubo quienes no disimularon que la cosa tendría que ser ya. Empezar a batallar con su nombre. Otros prefieren no desgastarlo tanto tiempo. También se escucharon opiniones en cuanto que hay que ser orgánicos. Si el hombre anunció su renuncia como afiliado al Movimiento Vecinal y lo hizo a la UCR habría que canalizarlo por intermedio del partido.

Esto último fue cuestionado, porque entienden que puertas adentro del radicalismo, Avila podría tener  la contra de otra figura que aspiraría a probar la aventura de ser intendente.

A “Sánchez le ganamos con la fusta abajo del brazo” supo decir uno de los concurrentes, recibiendo como respuesta que “no es fácil superar a los maestros”, pero Avila es un alumno aplicado.

Lo verdadero de la cuestión que esto al parecer fue una incipiente “Charla de Quincho” como se denominaba una columna política que aparecía en un diario de Buenos Aires, pero a no pocos embala.

Se habló de cuestiones a favor, como que Avila es laburante, de pueblo, al ras de la tierra, con capacidad de aprender.

También aparecieron las en contra: poca militancia, aparición espontánea dentro de un partido que también tiene otras figuras, y que no es fácil imponer un candidato “de localildad”, lo que siembra dudas de igualdad a la hora de gobernar.

Para muchos, Avila está lanzado. No le desagrada y este hecho, que se pensaba guardar en el anonimato, lo llevaría a un punto de exposición pública y de embale, algo más fuerte que el deprimido proyecto de la planta de hormigón que no pudo concretar y se lo deglutió Sánchez. Ese podría ser el mayor escollo. La voracidad del vecinalismo y de Carlos Sanchez en particular a la hora de las elecciones.