La historia de Lorena: tuvo cáncer de mama, vino a vivir a Balneario Orense y cambió su vida

Lorena Medina es psicóloga y está casada con el orensano Henry Sotuyo, con quien tuvo un hijo, y vivían los tres en Buenos Aires, ella trabajando en una empresa y atendiendo su consultorio, trabajando casi doce horas diarias, hasta que le diagnosticaron cáncer de mama, por lo que decidió dejar la capital y vivir en Balneario Orense, donde cambió radicalmente su vida.
“Tengo predisposición genética, mi mamá fue operada dos veces y se recuperó”, dijo a LU 24 y contó que “se juntaron varias cosas que me pasaron, yo si bien tenía ese puesto, enfrentaba conflictos laborales, tenía una situación emocional difícil, mi papá había fallecido hacía un mes”, dijo a LU 24 respecto a cómo se dieron las cosas: Primero quería dejar pasar el momento hasta que me dijeran bien en concreto de que se trataba; planificábamos un viaje a España y estábamos a días de sacar los pasajes, habíamos alquilado ya un departamento, era algo soñado desde hacía mucho”.
Respecto al tratamiento, Lorena explicó que “fueron dieciocho meses en concreto, primero tuve la cirugía donde me sacaron una cuadricula de la mama y dos ganglios en las axilas porque había metástasis, fueron dos meses antes del tratamiento oncológico y luego otros dos meses más con cirugías para completar y prevenir que volviera a ocurrir”.
“Al ser mi marido oriundo de Orense, veníamos con la idea de hacer una casa en el Balneario para venir de vacaciones en verano, pero a raíz de todo esto y por indicación médica, porque el cirujano me decía que “no podía volver reventada del trabajo”, y otro que me dijo que no podía tener hijos, y que quería que cuidara al hijo que había tenido, me hicieron pensar que no tenía posibilidades de aminorar el ritmo en Buenos Aires, por lo que hablamos con mi esposo de vivir en el Balneario, cuando estábamos empezando con los cimientos de la casa; yo vivía en Caballito, en una avenida, fue un cambio total y rotundo, un giro de ciento ochenta grados”, sostuvo.
“Es muy complejo ejercer acá como psicóloga, por lo que estoy haciendo emprendimientos nuevos, y “no vuelvo ni loca” a Capital, salvo a visitar a mi mamá y mi familia, pero como máximo una semana”, graficó.