La historia en venta – escribe: Omar Eduardo Alonso

17 septiembre, 2022

La historia en venta – escribe: Omar Eduardo Alonso

Otrora y por mucho tiempo, la mayoría de los acontecimientos políticos de Tres Arroyos se producían en derredor de un gremio y sus integrantes: la Unión Obrera Metalúrgica.
La organización sindical fue paralela al desarrollo industrial de nuestro medio y se potenció sustancialmente a partir de la década del 40 con el advenimiento del peronismo al poder.

No creo necesario en este espacio acotado, recordar las emblemáticas empresas metalúrgicas locales que se ubicaban en lugares privilegiados en el concierto industrial del país.
El surgimiento del sindicato en el orden local tuvo un momento crucial hacia 1944 en ocasión de una extensa huelga generada en la fábrica Istilart, de más de 40 días.
Por entonces los empleados se reunían y deliberaban en una sede ubicada en la segunda cuadra de la actual calle Istilart, donde posteriormente se ubicara un estudio de Víctor De Leo. Era una vieja casona típica de la época.

El conflicto se había generado por la negativa de dos empleados de la fábrica a afiliarse, actitud que se veía con beneplácito por parte de la patronal.
En ese contexto surgieron liderazgos importantes, que marcarían una época trascendente en el funcionamiento de la Unión Obrera Metalúrgica.

Hubo varias figuras relevantes que emergieron en la ocasión, pero baste mencionar tres en esta oportunidad: Armando Cabo, Paulino Niembro y Raúl Correa. Los dos primeros con proyección nacional y el último ocupando espacios privilegiados en el orden local.

El crecimiento fue explosivo. Rápidamente se observó la necesidad de contar con un espacio propio y adecuado para el funcionamiento del gremio.
Fue así que se hizo una colecta entre los afiliados, lo que posibilitó la compra del inmueble de Roca 58.

Anexo a esta nota documentación original y fotos de Luis Elgart, un peronista metalúrgico de aquella primera hora, que luego tuvo trayectoria política interesante y fuera encargado del Corralón municipal durante muchos años. En la foto se lo observa con el coronel Vicente Damasco, quien fuera delegado personal de Perón, con el que tuvo una estrecha relación.

También fue concejal y era muy respetado dentro del peronismo por su consecuente militancia.
Durante muchos años la UOM disputó su peso político con el Sindicato de Luz y Fuerza, ocupando lugares estratégicos en el ámbito de la CGT regional, y definiendo candidaturas dentro de las listas peronistas.

Decadencia
Esa situación de privilegio, sustentada por hábiles dirigentes se podía dar en el contexto de una actividad metalúrgica importante. Con la decadencia de la misma se produjo también un progresivo retroceso sindical.
Las sucesivas crisis minaron el peso de la actividad en el contexto económico lugareño y consecuencia directa fue la disminución del volumen de afiliados al gremio y por ende se redujeron los ingresos que lo sustentaban.
En consecuencia la estructura de la UOM pasó de seccional a delegación, sosteniendo un representante. Ahora se depende de Bahía Blanca exclusivamente.
Aquel antiguo esplendor y protagonismo de este emblemático sindicato ha quedado en el olvido.
Ahora, aquella sede de Roca 58 comprada con la contribución voluntaria de los afiliados, se encuentra a la venta.

90.000 Dólares
Es el monto que se publicita por parte de la inmobiliaria que tiene en su carpeta la venta del emblemático edificio.
Es lo que vale una buena parte de la historia de Tres Arroyos en general y del sindicalismo en particular.
Allí se “cocinaron”, entre roscas diversas, muchos de los acontecimientos políticos.
No en pocas ocasiones estuvieron allí dirigentes de trascendencia nacional. Especialmente Armando Cabo, quien llegara a ser un hombre de confianza de María Eva Duarte y ocupara cargos de fuste en la estructura nacional de la UOM y de la CGT.

También estuvo allí, precisamente, quien fuera titular de la CGT, José Espejo, por ejemplo. Este compartía la conducción con Isaías Santín, Florencio Soto y el mencionado Cabo.
Sería extenso enumerar siquiera superficialmente toda la historia que allí se gestó. Buena o mala, según la óptica con la que se quiera observar, aunque siempre trascendente.

Me gustaría detenerme en un detalle, para mí muy importante.
En ese edificio funcionaba una interesante biblioteca que oportunamente fue bautizada, precisamente, con el nombre de Armando Cabo.
En lo personal no tengo datos fehacientes sobre el destino de ese material. En consecuencia desconozco si todavía se encuentra en el lugar, su estado, etc.
Sería importante tener precisiones sobre esa cuestión, pues hace al patrimonio cultural de Tres Arroyos y no podemos permanecer indiferentes al respecto.
La historia, o parte importante de la misma, se encuentra a la venta.

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