La tentación por la carne

30 mayo, 2020

La tentación por la carne

El Banco Comercial, La Previsión, Grandes Almacenes el ABC, las cooperativas Agropecuaria y La Pampa.
Y podría seguir con la lista de establecimientos emblemáticos de Tres Arroyos que han perecido como consecuencia de ineficientes gestiones que no pudieron o no supieron imitar a aquellos pioneros que los forjaron acompañando la consolidación de nuestra comunidad.
No pudieron, no supieron y –quizás- hasta no quisieron enfrentar realidades cambiantes que se iban produciendo en un país gobernado con políticas pendulares, muy difícil de predecir.

Y ahora es el Frigorífico Anselmo, otrora ejemplo de una actividad económica que Tres Arroyos mostraba orgulloso no solo al resto del país, sino también a numerosos mercados del mundo.
En un proceso traumático, su destino final es incierto, aunque ya lo era desde hace tiempo pero especialmente desde que la familia Hernández resolvió desprenderse del mismo y quedó en manos de quienes no resistieron la tentación de la carne y lo llevaron a este estado de situación.
Pero más allá de lo relatado, hay una historia.
Origen y desarrollo
En 1908 llegaba al país el señor Ramón Hernández, como otros tantos españoles.
Tras los inicios dificultosos, solamente dos años después se haría independiente para actuar en la órbita de operaciones de compra venta de porcinos.
En 1930 inicia una pequeña fábrica de embutidos en el Mercado del Plata, ubicado sobre la avenida Moreno.
Posteriormente habilitaría el funcionamiento de varias carnicerías en el mismo lugar, en un proceso que no se detendría y que continuaría a través de la firma Hijos de Ramón Hernández que sería la creadora del frigorífico.
Desde el año 1954 en que se fundó el Frigorífico Anselmo SA, se transformó en una moderna industria a través de una permanente evolución que lo ubicó como uno de los más importantes de la provincia de Buenos Aires.
De tal modo fue un lugar obligado de las visitas que numerosas delegaciones realizaban a la zona de Tres Arroyos en la búsqueda y constatación de las excelentes carnes para satisfacer las necesidades de otros países, especialmente europeos.
Pero además, el establecimiento tuvo siempre una trascendencia especial por la asimilación de importante cantidad de mano de obra.
Hacia fines de la década del 70 su planta de operarios llegaba a 190 personas, y aún en este momento crítico se habla de 150 trabajadores.
El tradicional emplazamiento de ruta 228 y avenida Constituyentes fue cambiando a través de los años en un natural proceso de progreso e introducción de nuevos elementos y técnicas para su correcto desenvolvimiento.
Entre otras cosas figuró la habilitación de una carnicería para expendio al público local, en un proceso generado durante el directorio integrado por Evaristo, Agustín, Eduardo, Horacio A., y Ramón Alberto Hernández.
Además del expendio de carnes, no se resignó aquel origen de referencia, con la elaboración de fiambres y embutidos.
En diciembre de 1978 se lograba habilitar un matadero de cerdos, completándose de tal forma su tradicional actividad con bovinos y ovinos.
Su proyección directa era, además de Tres Arroyos, partidos vecinos y mercados remotos del país, pero además operó en exportación hacia España, Francia, Italia, Bélgica, África y países árabes.

*Escribe Omar Eduardo Alonso – [email protected]
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