Lavari y el recuerdo del “Flaco” Traverso: “Fue un Messi del automovilismo”
El tresarroyense Edgardo Lavari fue gran amigo del multicampeón Juan María Traverso, quien falleció este sábado a los 73 años de edad tras padecer una cruel enfermedad. “Fue un Messi del automovilismo”, afirmó sobre la leyenda que trascendió el automovilismo.
En diálogo con LU 24, el “Loco” contó cómo se enteró del deceso: “Estábamos en la casilla con Mazzacane en Termas de Río Hondo, me llama Rubén Buna, su amigo de Ramallo que había sido uno de sus primeros acompañantes, y me da la triste noticia”.
“Lamentablemente estaba enfermo hacía ya un año, tenía cáncer de esófago; porfiado un poco porque no quería que lo internen ni saber nada de irse de su casa, quizás eso aceleró un poco la muerte”, expresó.
“Fue un tipo obstinado por ganar y así vivió: un privilegiado para manejar autos de carrera, con tranquilidad, un Messi del automovilismo lo catalogo yo”, destacó.
“Para los que fuimos pilotos era nuestro referente e ídolo. En mi caso, en los últimos 20 años, estuvimos casi todos los días juntos, teníamos una gran amistad”, reveló.
“Era un tipo calentón, particularmente creo que hacía un poco de personaje en el momento que corría porque fuera del auto era bastante normal, con mucha chispa, muy veloz en las contestaciones. No era tan jodido como aparentaba ser cuando estaba en carrera, tenía un personaje”, aseguró.
Asimismo, rememoró la icónica victoria del “Flaco” con la Renault Fuego en llamas en la competencia de TC 2000 disputada en 1988 en el autódromo de General Roca: “Se le rompió la manguera de retorno de aceite, y se prendió fuego. Ahí demostraba que le interesaba solo ganar porque se le podría haber ido su vida ahí”.
También recordó las veces que manejó en tres ruedas. “Tenía cosas que le salían bien, siempre contó con un muy buen equipo y él demostraba su poderío manejando: era una conjunción casi imbatible”, subrayó.
“Estuve con él en febrero y seguía fumando, le digo no vas a cortar un poquito y me respondió que no. El médico dijo que era preferible que siguiera porque su enfermedad era terminal, quizás dejar era peor. Sus últimos días fueron bravos porque pesaba 50 kilos, estaba muy deteriorado”, lamentó.