Lealtad y violencia

17 octubre, 2020

Lealtad y violencia

El 17 fue el 18. El movimiento de apoyo a Juan Perón, encabezado desde Ensenada por Cipriano Reyes y que copó la plaza de Mayo ocurrido el 17 de octubre de 1945, se manifestó en Tres Arroyos al día siguiente.

Y también se tradujo en una grieta y revancha de las tantas que se han repetido en la historia política argentina y también local.

En realidad ya se había producido un pronunciamiento popular no exento de virulencia en ocasión de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial.

Con ese pretexto se había generado una manifestación contra el gobierno militar ejercido por entonces por el general Farrell.

El 15 de agosto de 1945 una nutrida manifestación de vecinos se congregó primero frente al diario La Voz del Pueblo y luego frente al diario La Hora. En este caso salió y habló su director, Mateo Mastronardi mientras que Aristóbulo Bambill recitó un soneto.

También lo hicieron frente al palacio comunal expresando su repudio a las autoridades municipales, a las que acusaron de colaboracionistas.

Un paro de la Federación Universitaria Argentina tuvo su repercusión en el Colegio Nacional y fue ocasión para la conformación de la Agrupación Democrática de Estudiantes Tresarroyenses.

El 18 huelga

Según la crónica periodística, en Tres Arroyos se produjeron dos manifestaciones de adhesión a lo ocurrido en Plaza de Mayo que determinó la reposición de Juan Perón y la consolidación de su proyecto político que lo llevaría a la presidencia de la Nación a través de elecciones en febrero de 1946.

Se había anunciado una huelga nacional y en nuestro medio se organizó una manifestación no convocada por los gremios pero a la que adhirieron empleados municipales y obreros de distintas fábricas, como Rossi Hnos., Istilart y Urbano Di Rado.

Desde plaza San Martín la columna se desplazó por avenida Moreno con pedradas frecuentes para comercios que se negaban a cerrar sus puertas.

En Moreno al 800 agredieron el negocio de Abel Mañaricua, lo que ocurría a las 11,15. Los exaltados abandonaron el lugar cuando el propietario exhibió una escopeta para defender su patrimonio que sufrió daños por 80 pesos.

Hubo agresiones para con el diario, los colegios Nacional y de Artes y oficios y otras escuelas.

Un testimonio invaluable

El 25 de octubre de 1993, cuando tenía 83 años, el señor Agenor Pizarro en entrevista periodística recordó esos sucesos, de los que participó. (fotos: Pizarro y sesión del Concejo Deliberante del 1-5-48)

Pizarro fue el primer afiliado local al peronismo; había llegado a Tres Arroyos buscando trabajo desde San Javier, provincia de Córdoba en 1927. Se dedicó a la pintura de obras.

Contó en esa ocasión que la columna fue encabezada por Flórez, Garnica, Crescitelli, Pevé, Fraccia, Vidal y él mismo.

Desde Moreno y por las vías se trasladaron hasta la estación ferroviaria y los empleados se adhirieron a la movilización que pasó frente a Grandes Almacenes El ABC.

En general los vecinos se mostraban reticentes pero fue allí cuando se sumó el doctor Alberto Borton, hasta entonces un dirigente radical de fuste y quien luego sería el primer Intendente peronista de Tres Arroyos.

Posteriormente la columna transitó por calle Saavedra, deteniéndose y exigiendo a viva voz el cierre de la Cooperativa Alfa.

El gerente de la institución, Gerardo Kraan, les dijo que no había motivos, por lo cual una lluvia de piedras provocó daños y hasta algunas lesiones al citado.

La situación quedó descripta en el acta de una asamblea posterior de la Cooperativa, fojas 30 y 31 del libro correspondiente al año 1945. (reproducción adjunta)

Se dice que el día 18 unos cientos de personas constituyendo una horda (sic), encabezada por varios policías y vivando a Perón, exigieron el cierre de la institución.

Ante la negativa del gerente, la turba (sic) se desató en improperios y agresiones mediante una lluvia de piedras provocando daños y heridas al funcionario.

La columna era acompañada por personal policial que no intervino en ningún momento.

La asamblea aprobó lo actuado por Kraan, mientras que las pérdidas materiales fueron valuadas en 123 pesos.

La manifestación concluyó en la Plaza San Martín. Según la crónica periodística, allí habló Samuel Rosa Morales, político, luego legislador y periodista, sobre cuya vida volveré oportunamente.

Pizarro, por su parte, dijo que habló el “loco” Pérez (sic), dotado de facilidad para la palabra, algo que no tenía la mayoría de los concurrentes.

Como se ve, la intemperancia política ha sido más que frecuente en nuestro medio y no distingue preferencias partidarias.

Incluso hay situaciones extremas de violencia que serán motivo de comentarios en próximas entregas.

 

Escribe: Omar Eduardo Alonso – [email protected]

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