Los logaritmos de Gabino – Escribe: Omar Eduardo Alonso

En 1884 se producía el nacimiento oficial de Tres Arroyos y el incipiente caserío de entonces comenzaba un vertiginoso desarrollo que nos ubica donde estamos hoy.
El 23 de julio de ese mismo año se producía un acontecimiento muy especial en la ciudad uruguaya de Paysandú. Allí se enfrentaban en una histórica payada el uruguayo Juan de Navas y el argentino Gabino José “el Negro” Ezeiza.
Considerados ambos los máximos exponentes de un arte muy especial, ese encuentro ha sido adoptado como la base del Día del Payador, recientemente recordado.
La jornada fue establecida por la Secretaría de Cultura de la Nación hace tiempo, y me pareció motivo suficiente como para desgranar algunas consideraciones al respecto.
Merced a la generosidad del señor Américo Lohin, he podido acceder a un material muy interesante en el cual me respaldo para elaborar esta crónica, admitiendo que quedarán más dudas que certezas por la falta de datos concretos.
Gabino había nacido en San Telmo en 1858, hijo de un esclavo de la familia Ezeiza, cuyo apellido adopta.
No creo necesario abundar en la historia personal pues mucho se ha escrito sobre él, incluyendo un interesante artículo de Eduardo Agüero Mielherry donde abunda en detalles y hace referencia a la presencia del payador en la ciudad de Azul.
Dicho artículo “Las Huellas de Gabino en el Azul”, habla de la actividad en la región.
El diario El Litoral menciona concretamente la presencia en Tres Arroyos.
Allí se cuenta que, en ocasión de estar en un bar de la ciudad, sería en 1916 (en octubre de ese año fallecía), Ezeiza se hallaba cantando temas de profundo sentimiento patriótico.
No había en el lugar personas que pudieran afrontar un contrapunto.
Estaba, en cambio, un periodista que identifica como José María Cao, que observaba de manera silenciosa.
En determinado momento Gabino le alcanza un papel y le pide que anote el tema que le gustaría que interpretara improvisando.
El citado periodista anotó la palabra “Logaritmos”.
El payador tomó un refresco y dijo que volvería en 15 minutos. En ese lapso se trasladó hasta la casa de un médico que vivía en la cercanía.
A su vuelta estuvo improvisando sobre matemática una media hora y sobre “logaritmo” dijo:
“Señores voy a explicar la ciencia del logaritmo/si acierto a cantar al ritmo de mi modesto payar/pongamos para empezar dos progresiones enfrente/por diferencia y cociente correspondiendo entre sí/ y ¡¡¡ahijuna!!! , saldrá de aquí un sistema sorprendente/si digo cero, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis/esta progresión veréis como concuerda con los términos de otra/uno, dos, cuatro, ocho, dieciséis.”
Interrogantes
Sin dudas esta crónica deja pendientes varias cuestiones.
¿En qué bar de la época había estado Ezeiza?
¿Quién era el periodista Cao?
¿Quién era y dónde vivía el médico al que consultó el payador poco antes de improvisar? Se supone que se conocían previamente.
Parece poco probable que esos interrogantes puedan dilucidarse, lo que no quita interés a la cuestión dando por ciertos los términos utilizados por los medios periodísticos referidos más arriba.
Una bandera
Debe consignarse que el rostro de Gabino Ezeiza fue utilizado e incluido en la bandera de los payadores creada por nuestro convecino Luis Barrionuevo quien la exhibió en el transcurso del acto de presentación de su segundo libro, ocurrida tiempo atrás en el ámbito del Sindicato Empleados de Comercio.
De la mano de Barrionuevo es que los payadores han sido puestos a la consideración de la comunidad. La Casa del Payador y el monumento al payador y al resero, fueron dos iniciativas realmente valiosas para el conjunto de la comunidad.
Como payador ha tenido un reconocimiento nacional e internacional, incluyendo su participación en un encuentro celebrado en las Islas Canarias años atrás.
Su historia está contenida en dos libros por él editados de modo que me eximo de mayores comentarios.
De todas maneras y con motivo del Día del Payador no puedo olvidar a quien fue el primero de Tres Arroyos, Catino Arias, sobre cuya historia volveré en algún momento.
Año 5-Nota 220
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