¿Magia negra en Claromecó? Aparecieron decenas de velas en la playa

Una gran cantidad de velas celestes, blancas y negras, junto a botellas de bebidas alcohólicas, vasos y flores, aparecieron en la playa en Claromecó, quizá como parte de algún ritual mágico que llamó la atención de los turistas.
La tarde del domingo se presentaba con buen clima en Claromecó, y la tresarroyense Viviana, junto a un grupo de personas, salieron a caminar. Pasando el Faro, y por espacio de unos 400 metros, empezaron a encontrar velas desperdigadas en la playa, cerca de la orilla. “Cuando encontré las primeras, que estaban cerca de unos claveles, pensé que habían tirado al mar las cenizas de alguien y por eso estaban las velas allí. Las celestes no estaban prendidas, las que eran mitad negra y mitad blanca sí, pero las mechas estaban secas, así que entendimos que había sido algo reciente porque de lo contrario se habrían mojado con la marea. Más adelante encontramos, junto con las velas, botellas de whisky vacías, de una misma marca, y vasitos de plástico de color violeta. Era tanta la cantidad de velas que fuimos encontrando cuando seguimos caminando, que descartamos que se tratara de lo que habíamos pensado en principio”, relató.
“Nunca jamás había encontrado semejante cantidad de velas, eran miles. Por eso decidí sacarles fotos y subirlas a Internet, porque hay gente que sabe de estas cosas, y me podía explicar de qué se trataba. Quizá fue un ritual bueno, para agradecer algo, o quizá algo malo, un daño. Las velas no estaban mojadas, así que seguramente había pasado poco tiempo desde que las dejaron hasta que nosotros las encontramos. No tocamos nada. No dejé a nadie, tampoco, que levantara nada. Nos daba cosa. Alguien nos habló de Iemanjá, la diosa del mar, a la que se le ofrecen velas blancas en agradecimiento, pero eran mitad negras también…”, admitió Viviana.
“Una ofrenda Umbanda”
Laura, oyente de la radio, aportó en torno a la presencia de velas en la playa de Claromecó, que “esto es algo frecuente en las playas, por eso no me sorprendió. Para hacerlo sencillo y comprensible para todo el mundo, es una ofrenda Umbanda, que consiste en velas, flores, bebidas alcohólicas, que persigue un fin determinado tanto para perjudicar a alguien, o como para atraer más turistas a la costa. Según el color de las velas se convoca a entidades distintas, según el trabajo que se quiera hacer y el fin que se persiga”.
“La vela negra simboliza el mal, pero en este caso se destina a una entidad, a un dios; y el celeste, a otro. No se prenden velas porque sí, igual que las bebidas y las flores, según el dios de que se trate, le agradan cierto tipo de bebidas, de flores o incluso perfumes”, consideró Laura.
“Un trabajo contra el pueblo”
Otra vecina, que en este caso no se identificó, apoyó el testimonio de Laura y aseguró que “se trata de ofrendas Umbanda, a entidades del mar; las velas celestes y las blancas son para Iemanjá, la reina del Mar; y las velas negras para los ‘exu’. Es un trabajo caro, que no lo hace cualquiera, así que seguramente quien lo encomendó ha pagado bastante dinero. Y quizá está dedicado al pueblo. Porque de tratarse de algo personalizado, hubiera aparecido en un domicilio”, especuló.