“Manorro” y la noche: “el boliche cumplía una función social que ya no la tiene”

15 noviembre, 2024

“Manorro” y la noche: “el boliche cumplía una función social que ya no la tiene”

Mientras se debate si se autoriza al empresario Bruno Chiquette a realizar una inversión vinculada a la nocturnidad en  Claromecó, LU 24 consultó a Pablo Romano “Manorro”, reconocido DJ, empresario e incluso propietario de locales bailables como el recordado Monkey, tanto en Tres Arroyos y Claromecó, sobre la actualidad y  las características de la noche.

“El boliche cumplía una función social que era de nexo entre personas y valía “no tener vergüenza”, es decir que uno podía sacar a bailar o charlar un rato: era una función como si fuera un gimnasio, un club, que permitía un acercamiento por atracción, ya sea por la ropa o por los movimientos, y ese nexo fue reemplazado por el celular, por las redes sociales, y ahora ya está “todo cocinado” antes que llegue el sábado, por así decirlo”.

Las “fiestas clandestinas”, no son tales: se juntan por grupos, y por ahí es una necesidad de “no mezclarse”, a mí no me parece de otro mundo que los mega boliches se terminen, porque la gente se va a nuclear según gustos, y es como ir al cine donde uno elige: se puede ir una vez y es muy raro que uno vuelva porque seguramente no gustó la película: no se puede hacer una megafiesta para 5000 personas todos los días”.

“Las fiestas no son un descontrol, sino que son un sin control: nadie sabe lo que pasa ahí, y si uno hace una encuesta entre chicos de 13, de 17 años que hoy salen y dicen “a mí no me sacás del médano o de un garaje donde nos divertimos; las bebidas son caras también, y creo que el Estado no puede controlar la playa” dijo.

Sobre la nueva posibilidad de trasladar el evento propuesta por Chiquette ante el Concejo, sostuvo que “ya se intentó hacer un predio pasando el faro y más allá de si sintonizó en el gusto con la gente, los pibes no quieren estar encerrados en un lugar, y no van por repetición, van  por curiosidad un día y después ya no les interesa: hoy está dividida la gente grande pidiendo algo como lo que ellos vivieron pero a eso hay que pagarlo, es un servicio, por ahí los padres no tienen dinero para darles o los pibes se compran otras cosas y no gastan ese dinero”.

Pagar cualquier precio por tener algo es riesgoso, porque si después los chicos no quieren ir, ¿quién los controla?: antes se hacía un baile en el garaje de una casa y terminaba a la una o dos de la mañana y nadie hacia un piquete por exceso de autoridad; me parece que están buscando el sin control: si salimos con un patrullero a controlar la playa se pone medio vidrioso en lo que son las libertades personales,  porque ¿qué sucedería si hay personas pescando, se les diría que se vayan?” se preguntó Manorro.

“Yo visualizo el futuro de la noche como que van a existir varios lugares pequeños, de 150, 200 personas, con condiciones particulares de servicio y creo que no solamente estos tiempos se llevaron puestos a los boliches, ya que no creo que se puedan repetir por ejemplo las fiestas de todos los viernes, yo no lo veo”, finalizó.