Marcelo Goñi y la situación de Vicentin: “creo que apostaron a crecer y algo salió mal”

Marcelo Goñi, uno de los acreedores “minoritarios” de Vicentin en la zona de Tres Arroyos -le deben unos 700.000 pesos producto de la terminación de una venta de girasol- compartió con la radio sus impresiones acerca de las dificultades que enfrentó la empresa agrícola, explicó cómo era la operatoria en esta zona y consideró que “lo que sucedió fue sorpresivo, porque es una empresa de primera línea que venía operando en forma totalmente normal hasta que se precipitó esto, y ellos, creo, tomaron la medida antes que la situación sea más grave”.
“La influencia de Vicentin en esta zona comienza cuando se hacen cargo de las plantas que operaba Cargill en Necochea y Bahía Blanca; hasta ese momento, como ellos operaban en la zona de Rosario, difícilmente tenían contacto con empresas locales. En algunas situaciones se les vendía mercadería, que se cobraba en 8, 10 días minimizando cualquier riesgo; pero la operatoria normal y más frecuente era la entrega de mercadería a fijar, en depósito, y en esos casos se da el incremento de los montos, porque uno entrega en depósito unas mil toneladas de soja y ya hablamos de 230.000 dólares. Los exportadores, las fábricas, usan esa mercadería a depósito para su molienda, y cuando los números empiezan a desfasarse, y tienen mucha mercadería ajena molida y exportada, hay que ver dónde está la plata, si está disponible en un banco o invertida en infraestructura, que es lo que yo creo que ocurrió con Vicentin. Un tío mío trabajó como contador allí mucho tiempo y realmente es una empresa familiar que creció mucho, siempre invirtió fuertemente en el país en su rubro. Hacerse cargo en poco tiempo de las aceiteras en Quequén y Bahía Blanca habla de ese crecimiento”, estimó Goñi.
Respecto de la intervención dispuesta por el Gobierno, Goñi advirtió que “sacándome el saco de acreedor, para que no condicione mi opinión, para mí hay que hacer lo imposible por mantener la infraestructura de la empresa y los 6000 puestos de trabajo, pero no veo con buenos ojos que se intervenga sin que prospere el concurso por la vía judicial. Estaba viendo que, por ejemplo, una empresa muy grande como SASETRU quebró hace 30 años y hasta hace poco todavía se hacían remates de bienes. Los argentinos opinamos de todo, muchas veces sin saber los pormenores, pero yo no veo que la de Vicentin sea una quiebra fraudulenta. Los veo como gente que apostó a invertir y crecer, los conozco desde hace 40 años, quizá algo no salió como tendría que ser y también hay que tener en cuenta que este no es un país fácil”, concluyó.