Más sobre la Libertad – Escribe: Omar Eduardo Alonso

20 abril, 2024

Más sobre la Libertad – Escribe: Omar Eduardo Alonso

No hace mucho tiempo conté en este mismo espacio el proceso que terminó con la voladura con dinamita de la Pirámide de Mayo, erigida originalmente en nuestra plaza principal y reemplazada por el monumento a San Martín.

Intencionalmente y sobre todo por razones de extensión, el relato quedó a medio camino, de modo que en esta ocasión incorporaré más datos, sobre todo respecto a la estatua de la Libertad.

Cabe recordar que aquella pirámide original fue una iniciativa impulsada por un grupo de vecinos nucleados en una comisión especial que integraban Enrique Jonas, como presidente; Claudio Troncoso, vicepresidente; Domingo Cornell, secretario; Victoriano Vignau, tesorero; y Marcelino Reyes y Ramón Tristani como vocales.

El grupo logró el decidido apoyo del Intendente de entonces, Alfredo Gandarias. La inauguración se produjo con la realización de una procesión cívica que se inició en la escuela N°1, a la hora 13.

Por la noche se realizó una velada de gala que contó con las autoridades municipales, en el teatro Hispano-Argentino.

La estatua

Fue encargada al escultor Luis Girolani y significó una inversión de 2290 pesos. Cabe consignar que la Pirámide se inauguró en 1910 sin la estatua, que se colocó en 1913.

Cuando se produjo la re instalación en Moreno y Constituyentes/Libertad, debió ser restaurada por Antonio Orfanó. El 21 de setiembre de 1913, la Municipalidad firmó un acuerdo con el mencionado escultor Girolani.

Se establecía que la estatua tendría 3 metros 20 centímetros, que se ejecutaría de tierra romana de la mejor clase, negra y se le dará color imitando al mármol blanco o bronce, decisión esta que daría el señor Vignau.

El color se lograría mediante procedimientos poco comunes en la época, y se resolvería por el blanco. El citado vecino, Vignau, sería el proveedor de los andamios necesarios para la ejecución del trabajo. El escultor se hacía cargo de sus movimientos y estadía, de todas las herramientas y la contratación de un peón.

También debía garantizar que la estatua sería de duración indefinida, incluyendo su color, sin resquebrajamientos ni desmedros por la sola acción del tiempo. El convenio fue firmado por el Intendente, José Uhia y el Secretario, Higinio Vizcaino.

De puño y letra

El escultor Luis Girolani hizo un agregado que decía: “Garanto con mis bienes habidos y por haber, que si doy a la estatua color blanco, permanecerá en el estado que la deje  cinco años al menos, después de los cuales será menester darle de nuevo el color probablemente, lo cual ya no será de mi cuenta. Si le doy color bronce, el tiempo para lo dicho será de diez años.

Reconozco al Intendente de Tres Arroyos, quien quiera que sea en ese tiempo, derecho bastante para exigirme las responsabilidades inherentes al contrato precedente y a este agregado.” El 21 de noviembre de 1913 se dio por recibida la estatua, se completó el pago, firmándose una constancia.

A fines de ese año se contrató el sistema de instalación eléctrica para la iluminación de la Pirámide.

Año 4-Nota 207

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