Matías Natale, un privilegiado en ver la final en el Estadio Lusail

El tresarroyense Matías Natale, nuevamente en contacto con LU 24, reseñó las sensaciones vividas en la final de este domingo que depositaron a la “Scaloneta” en lo más alto del mundo futbolístico, logrando la tercera estrella para Argentina.
Comentó inicialmente que “hoy es un día de paseo, ahora estamos en un mercado tradicional, que esta como quedado en el tiempo, parece de película. y te podes encontrar con lo que te imagines, para comprar desde vestimenta hasta un loro”.
La vuelta
“Tengo un vuelo para el martes a la noche vía Etyopian Airlines: hago Doha – Etiopia- Sao Paulo – Ezeiza, y gracias a Dios me dieron una mano para el tema del vuelo, yo saqué ida y vuelta porque me quedaba hasta la final sí o sí; espero estar el jueves ya laburando en Tres Arroyos”, agregó.
La tensión en la final
“Al partido, creo que todos lo vivimos de la misma manera, una tensión increíble, un 2 a 0 que parecía que estaba ganado, el primer tiempo se disfrutó más que ante Croacia, era una locura, pensamos que terminaba 4 a 0, nos fuimos tranquilos enel entretiempo, fuimos a comprar gaseosas, el vaso para el recuerdo y después a los dos minutos estábamos empatados y pensamos que nos iban a ganar”, afirmó.
Consultado con quiénes vio el partido, dijo que “cuando subí al avión ya hice amigos, y ya estaba Federico Raba acá, luego vino Franco Vitali, nos hicimos amigos de un chico de Buenos Aires y entre los cuatro vimos esta final que fue un momento único cada uno la vivió como puede, más o menos nervioso, con la sensación que lo perdíamos pero afortunadamente no se dio”.
Notas de viaje
Entre las anécdotas que le dejó el Mundial, Matías se mostró “impresionado con la obra del subte” y contó que “para acceder tenés que bajar cuatro pisos, han hecho todo como para hacer cuatro mundiales simultáneos, una tremenda obra”, y también “cuando hicimos una excursión al desierto, el chofer paró la camioneta en una estación de servicio, nos dejó con el motor en marcha y se fue a rezar, era justo el horario”.