Mega Causa Zona 5: Torremare hizo un pormenorizado relato del accionar de las fuerzas armadas en Tres Arroyos
Un pormenorizado relato de las intervenciones militares en el gobierno municipal, en distintos organismos provinciales y nacionales que funcionaban en la ciudad y de los operativos en los que se produjo el secuestro de personas -entre ellos el conocido como “Operación Trigo”- hizo el copresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Guillermo Torremare, en el marco de su declaración como testigo en el marco del juicio oral por la llamada Mega Causa Zona 5, que investiga el accionar ilegal del V Cuerpo de Ejército en esta zona durante la dictadura cívico militar.
“Muchas cosas no se sabían por el marco propio de clandestinidad en la que se desarrollaban todos estos hechos”, aseguró Torremare consultado por el impacto que operativos y desapariciones tuvieron en Tres Arroyos, al tiempo que advirtió sobre las presiones que se ejercían sobre los medios de comunicación locales. Cuando el abogado, junto al periodista Andrés Vergnano, comenzaron a investigar para el libro “22, los tresarroyenses desaparecidos”, sólo había un mínimo registro de secuestros de tresarroyenses por parte de las fuerzas armadas.
Torremare mencionó la intervención militar a la Cámara Económica, tres de cuyos dirigentes de entonces fueron encarcelados; a la delegación del Ministerio de Trabajo, cuyo interventor anuló cualquier tipo de actividad sindical e incluso solía exhibir de manera impune que usaba armas de fuego; y precisó aspectos de la nombrada “Operación Trigo”, cuando el comando militar que se hizo presente en la ciudad utilizó como teatro de operaciones al propio Salón Blanco municipal, y durante la cual se detuvo a más de 30 tresarroyenses.
También recordó, aunque no es objeto procesal de la Mega Causa Zona 5, el secuestro del matrimonio conformado por Carlos Alberto Rivada y María Beatriz Loperena, el 3 de febrero de 1977. “Sobre ellos sólo nos queda la memoria, porque la acción penal prescribió por fallecimiento de los imputados”, recordó el abogado, quien quiso terminar su declaración leyendo una carta del padre de Carlos Rivada dirigida al militar Emilio Massera, pero se encontró con la oposición de los defensores de los represores juzgados en esta instancia. Finalmente pudo, con anuencia del Tribunal, finalizar su testimonio con esa lectura, que forma parte del libro “22, los tresarroyenses desaparecidos”.