Mujeres: falleció Maria del Carmen Lepez

Escribe: Omar Eduardo Alonso
Reconstruir la historia del peronismo lugareño, en sus primeras manifestaciones, fue un arduo trabajo que me llevó mucho tiempo y una frenética búsqueda de datos en las anotaciones marginales de los diarios de la época, por entonces virtuales voceros del radicalismo.
Surgió así un compilado que titulé “Etapa fundacional del peronismo-1943-1946”. Fue presentado públicamente en La Casona contando con buena cantidad de público que colmó la sala.
Sugestivamente, en dicho trabajo no se incluye ninguna participación relevante de mujeres.
Eran los tiempos donde este movimiento popular se gestaba en ambientes a veces oscuros y de poca fama, donde se jugaba a las cartas, se bebía y hasta se podían frecuentar a señoritas de espíritus y cuerpos generosos.
El laborismo surge casi imperceptible para los observadores políticos y periodísticos de entonces, que descreían y hasta minimizaban cualquier eventual proyección.
Después de la gesta del 17 de octubre de la mano de Cipriano Reyes, la figura de Perón se consolida hasta transformarse en Presidente de la Nación en 1946, acontecimiento que recordaré el mes próximo.
La rama femenina
Una circunstancia casual hizo que una obrera que trabajaba en el Gran Buenos Aires, fuera elegida para hablar en un acto público del que participó María Eva Duarte.
Poco tiempo después, la primera dama convocaba a aquella mujer para charlar. Era Elsa Mengele, luego de Cano.
Se generaría una relación de estrecha amistad, que queda demostrada cuando Elsa resuelve volver a Tres Arroyos, para casarse y Eva le obsequia su reloj personal.
Este fue donado en 1982, en ocasión de la Guerra de Malvinas como contribución personal a la irracional gesta.
Pero también-además del reloj-recibió el preciso mandato de hacerse cargo de la formación en Tres Arroyos de la rama femenina.
Fue un trabajo que acometió con pasión. Pero pudo desarrollarlo con la contribución y compromiso de otras mujeres que adoptaron con pasión la fe peronista.
De tal manera en un liviano esfuerzo de memoria puedo rescatar apellidos como Solfanelli, Volponi, Esther Daddario (fotos de su carné) y Maria del Carmen Lepez.
Esta última acaba de fallecer a los 90 años. Fue enfermera y al menos que yo sepa, siempre vivió en su casa ubicada en la cuadra del 200 de la calle Larrea.
Es bueno rescatar para conocimiento general, estas historias, en este caso estrechamente vinculada al peronismo lugareño. Mujeres que tuvieron peso propio y que trabajaron en un pie de igualdad con los hombres, movidas por la fe y objetivos políticos que trascendieran a la comunidad.
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