Recomiendan actividad física y buena alimentación para evitar la ansiedad y mejorar el descanso

El doctor Erwin Hengen, médico psiquiatra y parte del equipo de Salud Mental del Centro Municipal de Salud, se refirió hoy al impacto de la pandemia en ese campo. Y consideró que si bien no han aparecido patologías nuevas en este marco, sí es posible observar el agravante de otras preexistentes, fundamentalmente ansiedad y fobias. “En mayor o menor grado, todos somos seres sociales y necesitamos el contacto con el otro, también por supuesto para cuestiones familiares, comerciales, educación. Y si bien cada persona lo toma de una manera particular, a nivel general estas restricciones muy largas, que impactan en el contacto con la familia, con la gente y por supuesto el bolsillo, pueden alterar a cualquiera. Lo que tratamos de hacer, más que nada, con los pacientes que ya venían siendo tratados en el ámbito del Hospital, es garantizar la continuidad de ese tratamiento, a pesar de las restricciones, para no descuidar lo que ya les venía sucediendo; y por allí aparecen algunos casos de gente que con todo esto la ha empezado a pasar mal o se ha descompensado”, describió.
“Una de las primeras cosas que se vieron son consultas por trastornos del sueño, porque en la dinámica normal de un día, una persona cumple ciertos horarios, sale a trabajar, si tiene la costumbre de practicar deportes lo hace, y después de todo ese trajín el cansancio llega solo. Pero para quienes han perdido esta rutina, la llegada de la noche no es igual y por allí la permanencia en vigilia se extiende incluso a extremos de que el ritmo de sueño se invierte, y terminan durmiendo durante el día. Eso se ha visto mucho”, sostuvo el profesional.
Para Hengen, los más afectados por estos fenómenos están ubicados en los extremos de la vida, son los niños y los adultos mayores, pero el impacto se puede registrar a cualquier edad. “Lo más recomendable es tratar de mantener regularidad en los horarios para alimentarse, ingerir alimentos sanos no sólo por el sueño sino para proteger la inmunidad de cada uno y mantenerse lo más saludable posible, y dentro de las posibilidades, salir a hacer una caminata diaria de una media hora como mínimo, para moverse y además ayudar a descansar mejor. En algunos casos llega inevitablemente la ayuda farmacológica, pero salir a caminar puede ayudar”, sostuvo el médico.
“Una de las cuestiones que ha afectado es la incertidumbre en torno a cuándo se termina esto y de qué manera. Ya llegamos a un nuevo otoño, la situación se ha agravado y eso genera ansiedad, angustia, a un punto en que pueden transformarse en un trastorno”, finalizó.
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