Retrospectiva tresarroyense – Escribe: Omar Eduardo Alonso
Horas atrás se celebraba un nuevo aniversario de Tres Arroyos. El acontecimiento sirve de disparador de algunos de los muchos recuerdos de nuestros ancestros y sus realizaciones.
Fue en 1908 cuando se alcanzó la categoría de ciudad, junto con otras poblaciones, a través de una ley que fue notificada al Intendente de entonces el 10 de enero.
Dos años antes, en 1906 se colocaba la primera piedra del palacio municipal.
El 12 de mayo del citado año se nombraron los padrinos de la ceremonia a cumplirse.
El Concejo Deliberante enviaba al Intendente Félix Bellocq (foto) una nota informando al respecto.
Se consignaba que en sesión pública se había sancionado por unanimidad que la señora Alicia M. de Bellocq, el Gobernador de la Provincia, Ignacio Irigoyen y el ex titular de ese cargo, Marcelino Ugarte, sean invitados a actuar como madrina y padrinos del acto.
Se dejaba a consideración del jefe comunal la fijación de la fecha de realización.
Eran tiempos de un crecimiento explosivo de Tres Arroyos y se iban consolidando las instituciones y servicios necesarios para el desarrollo progresivo.
Ya el 15 de febrero de 1889 había quedado definitivamente instalada la oficina del Registro Civil, en la misma escribanía de contratos a cargo del escribano Ángel Insua, quien prestó juramento ante el presidente del Consejo en ejercicio de la Intendencia, señor Solari.
Las primeras anotaciones del Registro, entre el 15 y 28 de febrero de ese año fueron:
Nacimientos: varones legítimos, 1; varones ilegítimos, 1; mujeres legítimas 2; mujeres ilegítimas, 0.
Matrimonios: Miguel González, de 37 años, español, propietario con Anselma Fernández, de 24 años, española.
Defunciones: Valentín San Román, 2 años, español, por gastroenteritis; Celestina Bidegain, 10 meses, argentina, gastroenteritis; Emilio Cendoya, 6 meses, argentino, consunción; María Ramírez, viuda, 88 años, nefritis parenquimatosa.
Los kioscos
Durante muchos años funcionó un kiosco en la avenida Moreno y Lucio V. López. Quizás fuera el primero de la ciudad pues de instaló en 1912 mediante una autorización concedida por el Intendente José Uhia al señor Gabriel Isaac.
En el pedido de este se consignaba que el local sería construido de madera, hierro y cristal, delicadamente pintado, imitando al cedro.
Dicho kiosco cambió muchas veces de dueño y de color, hasta que quedara abandonado.
Es muy interesante este tema.
Durante muchos años los kioscos instalados en las veredas proliferaron y fueron asignados para la supervivencia de personas muchas veces afectadas de ciertas discapacidades.
Recuerdo algunos: En Moreno e Hipolito Irigoyen; en la esquina e lo que fuera el Centro Materno Infantil; en la esquina del Banco Provincia; en la esquina de Chacabuco y Maipú; en Mitre y 1810; en Colón y avenida del Trabajador; en el Hospital Pirovano; en Belgrano y Mitre y seguramente hubo otros varios.
En determinado momento la Municipalidad resolvió la eliminación de todas esas construcciones y de tal manera todos desaparecieron. Excepto uno.
El existente en Moreno y Maipú, que sigue funcionando en la actualidad.
Desconozco los motivos del tratamiento diferencial por parte de las autoridades municipales.
Año 5-Nota 209
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