Si el gato subió, bajará solo. Tal vez gastó dos de sus 7 vidas
Un gato maullaba insistentemente entrada la noche de ayer lunes en un árbol de los fondos del patio de la Escuela Uno que dan a la calle Brandsen. Obviamente que es preocupante para los vecinos que tienen aprecio por las mascotas. Y más aún cuando el pequeño felino mostraba su impotencia de no poder bajar.
Es raro que un gato tenga temor a las alturas, pues sube por propia voluntad e instinto. Para cazar un pájaro o simplemente por la propia acrobacia que demuestra momento a momento, en cuanto a elasticidad, salto y hasta un coraje inusitado de llegar al piso sin medir demasiado cuán alto están.
Los vecinos llamaron a los Bomberos. Pusieron una escalera contra el árbol. No llegaron a la altura del animalito que no dejaba de maullar. Hasta le arrojaron agua para “convencerlo”, pero nada.
Al tiempo desistieron, tal vez en la creencia que va a bajar solo. El “michi” posiblemente gastó dos de sus siete vidas anoche. Una por el salto y la otra por la gripe que se va a pescar con un grado de temperatura y empapado.
