Una escuela agraria se convirtió en un destacado exportador de miel en los mercados del mundo

30 octubre, 2014

Una escuela agraria se convirtió en un destacado exportador de miel en los mercados del mundo

Los pequeños productores del pueblo de Ascasubi, en el partido de Villarino, al sur de la provincia de Buenos Aires, producen y exportan miel al mundo, gracias a la colaboración de la Escuela Agraria Nº 1, donde funciona la única sala de extracción apícola de esa localidad, y en la que proyectan la habilitación de un laboratorio en el cual certificar la calidad del producto.

Junto con la escuela formaron la Cooperativa de Provisión de Servicios para Productores Apícolas de Hilario Ascasubi Limitada (COPROSERPA), con la cual lograron ingresar a los mercados de China, Estados Unidos, y a países de la comunidad europea, como España. Y obtienen insumos abaratando costos.

80 mil abejas producen miel diariamente, en cada una de las -aproximadamente- 200 colmenas que maneja cada productor de la cooperativa, y que almacena en tambores de 320 kilos a lo largo del año. Estas cifras permiten dimensionar la importancia de la actividad apícola local tanto como la capacidad escolar y productiva de este establecimiento educativo nacido hace 35 años, y que tiene una orientación agraria, otra social y un bachillerato de adultos.

En Ascasubi, la actividad apícola constituye una alternativa de diversificación de la producción, ya que no requiere mucha mano de obra. Una familia que tiene una huerta o chacra, con un solo integrante, puede atender las colmenas y no requiere de gasto adicional. En este contexto, la escuela agraria Nº 1 también se dedica a la apicultura, y tiene un entorno formativo desarrollado.

La cooperativa se conformó con varios ex alumnos y sus padres, que se asociaron a la escuela para montar allí la sala extractora. En principio sólo había una en el pueblo vecino, lo que encarecía los costos. El Programa Social Agropecuario les otorgaba recursos para la adquisición de máquinas mediante un subsidio que debía ser volcado a una institución y los productores eligieron a la escuela, de la que habían egresado. Así, pudieron ampliar las pequeñas instalaciones y convertirla en una gran sala de 600 metros cuadrados.

Allí trabajan los 23 productores que integran la cooperativa y los alumnos de los años superiores del establecimiento educativo, que aprenden sobre tecnología y maquinaria de extracción de miel. Conocen el proceso desde la producción de miel en campo con las abejas, pasando por la extracción, el envasado y la venta.

“La miel que nosotros producimos es de exportación, de alta calidad. Estamos en la zona de riego del sur de la provincia de Buenos Aires, que depende de la Corporación de Fomento del Valle Bonaerense del Río Colorado, CORFO, que impulsó el ministerio provincial de Asuntos Agrarios. Entonces la cantidad de flores donde las abejas pueden extraer la miel es variada y eso hace que sea de calidad”, explica César Quispe, director de la Escuela de Educación Agraria Nº 1.

“Un productor medio, con 50 colmenas, extrae de 6 a 7 tambores por año, si el clima es favorable. El año pasado la producción fue buena y nos permitió solventar los gastos que tienen del mantenimiento de los talleres y los viajes para que los alumnos puedan visitar otros. Con esos recursos solventamos gastos de la escuela”, agrega el directivo.

Los productores de la cooperativa llegan a tener un promedio de 200 colmenas que atiende una sola persona, a diferencia de la escuela cuyo fin es producir en forma didáctica, por lo que tienen una cantidad menor, 50 colmenas, de las cuales el mantenimiento incluye alimentación, tratamiento sanitario, erradicación de plagas, transporte y floración.

La extracción se realiza en enero y febrero y, eventualmente, marzo, dependiendo de las condiciones climáticas; y el resto de los meses se trabaja para mantener la colmena. Los productores y la escuela cuentan con el asesoramiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), con el que recientemente se firmó un convenio para que el año próximo también puedan participar de las charlas aquellos productores que no integran la cooperativa, pero quieran aprender las técnicas para una buena producción, con condiciones sanitarias ideales.