Una influencer que hace más fácil las compras

Para Juliana Coria comprar “bueno, bonito y barato” ya no es un eslogan: ella tiene todas las direcciones de los bazares del barrio porteño de Once donde consiguen los productos que son furor en Pinterest y las comparte con sus seguidoras. Así se presentó en Fm Ilusiones ésta influencer que, si bien empezó buscando objetos para ambientar las fotos de sus manteles y almohadones, productos que fabrica y comercializa, terminó descubriendo un universo oculto en las calles del barrio: bazares con vajilla esmaltada, floreros con vidrios coloridos tazas con texturas y diseños originales, platos de porcelana y cubiertos con forma redonda, entre otros.
Lo que empezó como publicaciones esporádicas para compartir tips a sus amigas, terminó convirtiéndose en un hobbie. En poco tiempo, su comunidad empezó a crecer con un mismo deseo: encontrar objetos decorativos que son tendencia, pero acordes a nuestros bolsillo.
“Siempre me gustó la deco, el arte, el diseño. Cuando publicaba en mi Instagram personal una foto de un objeto de bazar, mis amigas me escribían para que les comprara uno igual o las llevara a comprar”, recordó Juliana, quien en plena reconfiguración del consumo doméstico pospandemia, empezó a organizar tours de compras por Once un sábado al mes.
Hoy, desde su cuenta de twitter, @julianacoria recomienda productos en oferta y viraliza hallazgos cotidianos que combinan estética y funcionalidad. “La contra es que muchos de estos productos se pueden encontrar en bazares que no siempre tienen presencia online, por lo que el recorrido presencial y el ojo entrenado siguen siendo clave para aprovechar estos objetos a buen precio”, señaló la influencer.
Juliana es correntina, tiene 44 años y llegó a la Ciudad Buenos Aires una vez que terminó en secundario para estudiar Ciencias de la Comunicación en la UBA y Producción de Radio y Televisión en el ISER. Terminó especializándose en marketing digital y durante más de una década se movió entre campañas, estrategias y marcas. Pero su verdadero proyecto empezó casi sin querer, entre telas y fotografías casuales.
El criterio de Juliana es siempre el mismo: “Que sea accesible. Si ves una ambientación con cosas que sólo podés comprar en Europa o en una casa de diseño en Palermo, no sirve”.
Los tours de compras los realiza siempre “los sábados a la mañana, para que pueda venir gente que trabaja”. Cobra una suma módica —alrededor de $10.000— por acompañar, asesorar y compartir su conocimiento del terreno. “Les digo a las chicas: no compren esa cucharita ahora, en el próximo local está más barata. Les marco diferencias de calidad, de precio y de estilo”. Asegura que no cobra comisiones a los locales y mantiene libertad total para cambiar de recorrido según lo que haya ese día.
Y tiene un truco para quienes no alcanzan el monto mínimo para comprar al por mayor: “Sumate con alguien en la fila. Nadie te va a decir que no. Les conviene a los dos”.
Aunque muchos le sugieren profesionalizar más su trabajo en redes, Juliana prefiere mantenerlo como un espacio de disfrute. “Twitter es servicio”, dice. “Lo que comparto es útil, pero no quiero convertirlo en una obligación. Tengo mis clientes, mis consultorías, mi marca. Esto es mi hobby”, enfatizó.
Su propuesta es concreta: mostrar que se puede decorar con estilo sin gastar fortunas. Y lo hace con una lógica clara, basada en precios, referencias visuales y el gusto por armar espacios con identidad.