En su “Archivo Judicial”, La Nueva rescata el caso de la falsa médica de Reta

En una sección de Casos del Archivo Judicial, el sitio web del diario bahiense La Nueva rescata al que tuvo como protagonista a una falsa médica, habilitada por el gobierno municipal de Tres Arroyos para cumplir funciones como jefa interina de la Unidad Sanitaria del balneario Reta, cargo que ejerció desde el 4 de diciembre de 1989 hasta el 15 de marzo de 1991.
El caso fue judicializado luego que el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires, el 18 de abril de 1991, denunciara la situación, originándose la causa Nº 63.890, por defraudación a la administración pública y ejercicio ilegal de la medicina, que tramitó ante el Juzgado en lo Criminal Nº 1, a cargo del doctor Juan Leopoldo Velázquez.
La imputada resultó ser Alicia Pincheira Barrionuevo (entonces de 26 años), quien ingresó como contratada por la municipalidad prestando servicios como médica interina hasta tanto se llamase a concurso para cubrir la vacante en esa unidad sanitaria, pero que siguió ocupando luego de ser la única postulante al cargo, en el concurso abierto de méritos y antecedentes.
Obviamente, los méritos no los tenía y los antecedentes la colocaban en una posición aún peor, luego que el doctor Jaime Trajtemberg, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata, y María Susana Agrelo, jefa de la sección egresados, informaran que Pincheira había ingresado en el año 1982 teniendo aprobados por correlación de estudios los trabajos prácticos de Anatomía Descriptiva y Topográfica, pero cuando el 14 de marzo de 1983 rindió el examen final registró un aplazo: ¡2!
A pesar de ello, el 12 de febrero de 1990, Raúl Correa y Francisco Nicolás Ditondo, intendente y secretario de Gobierno tresayorrenses respectivamente, habilitaron a Pincheira en el cargo.
En el contrato se estipuló que Pincheira cobraría 222.519 australes (equivalente a 212 dólares), importe correspondiente a la categoría 10, además de reconocer “el viático que rige para el empleado municipal con misión dentro del partido, a fin de sufragarse los gastos de alimentación y alojamiento”.
Luego de estipularse que Pincheira debía trabajar de lunes a domingo, de 10 a 13 y de 16 a 21, se dispuso que “la médica no tendrá derecho a reclamar indemnización, en caso de rescindir contrato”, y “no tendrá derecho a régimen de licencia anual ni a percibir sueldo anual complementario”.
Testimonios
La asistente Norma Neomí Diob, cuando declaró el 21 de mayo de 1991, sostuvo que “la actuación de Barrionuevo era tal como si poseyera el título habilitante”, y “que no tiene conocimiento de que algún paciente hubiera tenido complicaciones que pudieran derivar en una patología de gravedad o deceso”.
La mujer refirió que “antes de irse de la localidad, para los primeros días del mes de marzo, le comentó que había conseguido un buen trabajo en Israel, donde se radicaría con su grupo familiar”.
Otra enfermera, Rosa Kristensen, dijo que “a poco de andar, la declarante, con 33 años años en el ejercicio de la enfermería, observó en el accionar de la médica ciertas anormalidades, como la tardanza en la toma de decisiones ante hechos eventuales”, y “en casos que podían medicarse y resolver con tiempo, es decir que no constituían emergencias, su actividad era natural”.
Aseguró que “tuvo prácticamente un adversario en el esposo de la doctora, ya que se inmiscuía en la actividad de la sala y el accionar del médico con la enfermera”, y que “abrigando dudas en cuanto a Barrionuevo, y en prevención de no verse involucrada en algún tipo de hecho que pudiera arruinarle una carrera profesional intachable, solicitó su traslado (a Bellocq)”.
Cuando apareció la denuncia, desapareció Pincheira. Nunca pudo ser localizada. Finalmente, el 3 de febrero de 1991 la causa fue remitida al archivo departamental en carácter de paralizada, y 24 años después fue declarada extinguida la acción penal por prescripción.
Fuente: La Nueva