Confirman la preventiva de un presunto abusador en Copetonas: podría ir hasta 50 años preso

26 abril, 2020

Confirman la preventiva de un presunto abusador en Copetonas: podría ir hasta 50 años preso

Cinco niñas,  ya jóvenes o adolescentes,  cargan con la pesada mochila de haber sufrido terribles abusos sexuales. El presunto autor, al que se identifica sólo como “GBM”, vivía en Copetonas hasta que fue detenido, según informó oportunamente LU24, el 28 de diciembre de 2019. Hoy está preso en la cárcel de Saavedra y la Cámara Penal bahiense acaba de confirmar su prisión preventiva. Seguirá en esa condición al menos hasta el juicio. De confirmarse los delitos, como parece, podría recibir el máximo de la pena prevista en el Código: 50 años de prisión.

Se lo acusa de ultrajar, en casos aislados o durante un tiempo prolongado, entre 1996 y 2014, a 5 menores que nunca se animaron a hablar porque estuvieron bajo amenaza de que algo les iba a pasar a sus padres.
El caso salió a la luz recién el 28 de diciembre del año pasado, cuando la policía detuvo al hombre de 39 años. No se sabe por qué recién después de 6 años de último abuso se llegó a esta definición.
Hay puntos poco claros, o al menos que no se dieron a conocer por las características de los delitos.
Sí trascendió que “G” no tendría parentesco sanguíneo con las pequeñas, aunque trabajaba en una quinta de la familia. Y que al menos algunas de las víctimas serían hermanas, pero no todas.
Su defensa oficial, representada por la auxiliar letrada María Paula Lalanne, pretendía que se revoque la prisión preventiva que había dictado el juez Gabriel Giuliani.
Opinaba que no había peligros procesales de fuga o entorpecimiento y que la resolución era arbitraria, porque solo se ponderó la pena en expectativa pero no se valoró su carencia de antecedentes y su actual “arraigo familiar”.
La Cámara rechazó de plano el planteo y decidió mantenerlo detenido.
El juez Gustavo Barbieri, de la Sala I de la Cámara, valoró especialmente la gravedad de los hechos. “La multipilicidad de víctimas, el aprovechamiento de la situación de mayor vulnerabilidad a tenor de la corta edad, la reiteración con la que se habrían perpetrado los actos de abusos, el acometimiento en ocasión de encontrarlas solas y la extensión del daño causado en virtud de las graves consecuencias psicológicas que aún padecen”, detalló.

Relatos de terror

– Hecho 1: Se imputa a “G” que, aproximadamente en 2010, abusó de “X”, una niña que en ese momento tenía 10 años. Fueron dos hechos, en un galpón de la quinta y sobre una mesa que se usaba para carnear animales. El primer acto fue una tarde de verano. Una vez que la violó, le advirtió que no contara nada porque, de lo contrario, iba a matar a sus padres. La niña sufrió sangrado genital y fuertes dolores que ocultó por temor a que cumpliera la amenaza. Otra vez, en el mismo lugar, “solo” la manoseó por debajo de la ropa.
– Hecho 2: Entre 2008 Y 2014, abusó de “Y”. Fue entre los 6 y los 12 años de la niña, en el mismo lugar que “X” y bajo idéntica intimidación. Primero la manoseó y después la violó. “Lo hacía cuando mis padres dormían la siesta o al final de la tarde”, declaró la menor, una vez que pudo superar el vallado que le imponía la amenaza. Cuando ya tenía 12, el vecino “S” advirtió a “G” en una situación extraña en la zona de un basural y los ataques cesaron. “Y” intentó quitarse la vida más de una vez y los recuerdos de los abusos la atormentan. Tiene problemas anímicos y desconfianza hacia el género masculino.
– Hecho 3: Entre 1996 y 1999. Fue desde que “A” tenía 8 años. El escenario, el mismo galpón y también en un monte aledaño a la propiedad, cuando ella iba o venía de lo de su abuela. La manoseaba, se masturbaba delante de ella y la violaba. Casi siempre tuvo problemas para rehacer su vida sentimental. Graves problemas de vinculación.
–  Hecho 4: Entre 2011 y 2012, en otra vivienda, abusó de “B” cuando tenía entre 7 y 8 años. Solo con tocamientos. La víctima, a los 15, declaró en cámara Gesell y confirmó los hechos y que sucedían cuando la mandaban a su casa a pedir algún alimento que circunstancialmente faltaba en su casa o “G”, paradójicamente, se quedaba a su cuidado. La última agresión la ubica cerca de una Navidad, cuando iba camino a lo de su tía y el acusado la llamó desde su vivienda y la manoseó. Ella se asustó y corrió en estado de llanto. Dijo que tiene sueños recurrentes de los abusos y que sentía temor al cruzar a “G” en la calle antes de ser detenido.
– Hecho 5: Entre 2012, “C” tenía 5 años y también fue manoseada por “G” en tercer domicilio. Ya más grande, en cámara Gesell, recordó que la tocaba por arriba y por debajo de la ropa. Una vez, detalló, cuando regresaba del jardín y aún estaba con el guardapolvo.
Las psicólogas Adela Moreno y Alicia Alonso evaluaron a todas las víctimas y coincidieron en que, por un lado, presentan indicadores de haber sufrido abusos y, por otro, que no hay indicios de relato fantasioso o inducido.

“Es todo mentira”
Al momento de prestar declaración indagatoria, en la fiscalía de Tres Arroyos, “G” aseguró que es inocente. “Por lo que me acusan, es todo mentira, por las edades que tienen, porque cuando yo me fui eran todas menores, chiquitas”, dijo.
También negó el incidente en el basural, con el testigo “S” que habría servido para esclarecer uno de los ataques. “Es todo mentira, nunca estuvo en el basural conmigo y nunca molesté a la chica”, declaró.
“Con ‘A’ salíamos siempre al boliche y una vez salimos de novio, cuando ella tenía 20 años”, aseguró.
La justicia entendió que la declaración del acusado es solo “ensayo de disculpas” que no logra refutar las pruebas reunidas, como testimonios y peritajes psicológicos.

Fuente: La Nueva